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Muchos análisis de edificios detectan deficiencias en la construcción

El test de edificios se ha mostrado como un potente instrumento de prevención de los problemas en los bloques de viviendas. Cuando el Gobierno lo impuso como requisito para obtener ayudas no faltaron las quejas, pero poco a poco ha ido siendo aceptado y se ha ido valorando su aportación.

Los datos de 2005 son explicativos de su utilidad: 1.470 expedientes eran para solventar supuestas patologías estructurales y otros 1.295 para deficiencias constructivas. La suma de todos estos bloques daba 46.400 viviendas. El resultado de los análisis hechos a estos y otros edificios que habían presentado solicitudes para otro tipo de actuaciones mostró que en 2.146 bloques, con 60.881 viviendas, había deficiencias constructivas cuya resolución había que abordar necesariamente. En cambio, las patologías estructurales afectaban a muchos menos edificios de lo inicialmente previsible: 815, con un total de 25.899 viviendas.

Además, en 757 edificios que sumaban 23.646 viviendas se observó la necesidad de reformas por tener elementos en "situación de riesgo".

Situación de riesgo

Como es previsible, la comarca del Barcelonès es donde se presenta mayor número de solicitudes de ayuda que exigen previamente el test del edificio. En 2005 fueron 2.508 los bloques analizados en esta comarca, con un total de 45.637 viviendas.

En segundo lugar se sitúa el Vallès Occidental, con 698 expedientes y 10.975 viviendas, cifras muy similares a las de la comarca del Baix Llobregat: 683 edificios con 10.931 viviendas. El cuarto lugar lo ocupa, a gran distancia, el Maresme, donde se hicieron 292 análisis a otros tantos edificios que sumaban 4.298 viviendas.

La comarca donde se hicieron menos fue la de Alta Ribagorça: un único edificio de seis viviendas. En Terra Alta y Val d'Aran se analizaron, en ambos casos, tres edificios que sumaban ocho viviendas, en el primer caso, y 27, en el segundo. Por localidades, Barcelona se coloca en primer lugar, seguida de L'Hospitalet, con Sabadell en tercera posición, seguida de cerca por localidades como Santa Coloma de Gramenet y Terrassa. En muchos casos se trata de polígonos construidos en la década de 1960 al calor del desarrollismo franquista y de un urbanismo caótico.

Las peticiones para instalar ascensores o hacer accesible una vivienda a personas con movilidad disminuida no son exclusivas de bloques colectivos. También las viviendas unifamiliares pueden tener este problema. El pasado año, 265 de este tipo de viviendas recibieron ayudas para este tipo de obras.

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