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Chaves da por imposible el acuerdo con el PP sobre el Estatuto andaluz

Luis Barbero

La pequeña rendija que quedaba para el acuerdo entre PSOE y PP para la reforma del Estatuto andaluz se ha taponado. Hasta tal punto que el partido que dirige Manuel Chaves, presidente de la Junta, da por imposible llegar a un acuerdo con los populares cuando sólo quedan cuatro días para que el Parlamento andaluz apruebe el proyecto de reforma. El Estatuto saldrá adelante con el apoyo de PSOE e IU y el rechazo del PP y del Partido Andalucista. El PSOE considera que el rechazo del PP andaluz a su última oferta es consecuencia de la estrategia de la dirección nacional.

Los socialistas afirman que el rechazo responde a una estrategia del equipo de Rajoy

Más por obligación que por devoción, socialistas y populares han mantenido contactos en los últimos días para intentar acercar posiciones antes de que la Cámara autonómica apruebe el próximo 2 de mayo la reforma estatutaria. Una reforma en la que PSOE e IU han llevado el peso y en la que el PP ha hecho hincapié en las diferencias o puesto el acento en las coincidencias según la coyuntura política.

De las declaraciones del líder del PP andaluz, Javier Arenas, acerca de que las coincidencias con el PSOE en la reforma se aproximaban al 90% o su afirmación de que apoyaría el nuevo Estatuto apenas queda nada. En las últimas semanas, lo que han primado han sido las discrepancias.

En este tiempo, de forma paralela a la tramitación parlamentaria del Estatuto, proceso en el que el PP ha ido dejando claro su apuesta por el no, Chaves y Arenas han intercambiado documentos para ver qué posibilidades había de llegar a un acuerdo. Este intercambio de papeles ha seguido luego entre dirigentes de ambos partidos para comprobar que margen había para acercar posiciones, un margen que unos y otros sabían que era estrecho.

La polémica en las últimas semanas se ha centrado en la decisión del PSOE de incluir en el preámbulo del Estatuto la expresión "realidad nacional" para definir a Andalucía, una fórmula que propuso el ex ministro de UCD Manuel Clavero Arévalo. Con esta iniciativa, los socialistas esperaban atraerse a la reforma a los andalucistas, que defienden el término nación.

Excusa para el 'no'

Pese a venir de Clavero Arévalo, un referente histórico de la derecha en Andalucía, el PP puso el grito en el cielo por la decisión del PSOE de incluir esta denominación, aunque los socialistas estaban y están convencidos de que este asunto no era más que una excusa para justificar el no a la reforma.

Igualmente, en el texto articulado ha habido polémica con la definición. PSOE y PP coinciden en la denominación de Andalucía como nacionalidad histórica, pero las diferencias vinieron cuando los socialistas decidieron simplificar el farragoso artículo 1.1 del Estatuto. Así, el PSOE sustituyó la referencia "a la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles" por una mención al artículo 2 de la Constitución española, que contiene esta cita.

En su último intento para intentar el acuerdo con el PP, los socialistas plantearon este jueves volver a hacer una referencia expresa a la "unidad de España" y de la "nación española" tanto en el preámbulo como en el artículo 1.1.

Para vencer la resistencia del PP en otros aspectos esenciales -las competencias de la comunidad, la igualdad de derechos de los andaluces y las relaciones de Andalucía con el Estado y la Unión Europea-, el PSOE también formuló alternativas en las que se recalca la idea de que estos asuntos estarán recogidos en el Estatuto conforme a lo establecido en la Constitución. Los socialistas plantearon introducir estos cambios mediante enmiendas transaccionales a enmiendas del PP al proyecto de Estatuto.

Sin embargo, la reacción del PP fue hacer caer en saco roto esta última oferta. "Es insuficiente", dijo el PP a las pocas horas de recibir el documento entregado por la dirección del PSOE.

Esta réplica ha llevado a los socialistas al convencimiento de que el PP no quiere el acuerdo y que el Estatuto saldrá adelante sin su apoyo el próximo martes. "Si a la última oferta dicen que no, es que no pueden votar a favor", aseguró ayer Luis Pizarro, secretario de Organización del PSOE andaluz, quien ve la mano del equipo de Mariano Rajoy en la actitud del partido que preside Javier Arenas y que destaca que su partido no va a hacer más cesiones. "El PP andaluz está cautivo de la dirección nacional", afirmó ayer Pizarro, quien animó a Arenas a "plantarse" ante Rajoy como hizo Clavero Arévalo ante la UCD cuando el Gobierno de Adolfo Suárez se negó a que Andalucía se constituyera como comunidad por la vía del artículo 151 de la Constitución española. Clavero dimitió entonces como ministro de Administraciones Territoriales.

Para explicar la actitud del PP, los socialistas destacan que el proyecto de Estatuto de Andalucía se sitúa al mismo nivel que el de Cataluña en cuestiones claves como las competencias, la financiación, el nivel de autogobierno o los derechos sociales. Y que con el precedente del rechazo frontal al Estatuto catalán, el PP no puede dar el visto bueno a la reforma andaluza.

Los conservadores, por su parte, defienden que han tenido un margen de "libertad" muy amplio para negociar la reforma y justifican su posición con el argumento de que el PSOE no ha aceptado otras cuestiones que han planteado y que para ellos son fundamentales, como la no coincidencia de las elecciones autonómicas con otros comicios o un calendario de pago para la deuda histórica del Estado con Andalucía.

"Hasta la extenuación"

El enquistamiento de la negociación no afectó a Javier Arenas, quien ayer aseguró hará un esfuerzo "hasta la extenuación" por alcanzar un acuerdo con el PSOE sobre la reforma e, incluso, dijo estar dispuesto a "ceder" en algunas de sus "pretensiones", informa Diego Narváez. Pero entre estas cesiones no se encuentra, en ningún caso, su exigencia de que se elimine la expresión "realidad nacional", que da repelús en el PP y que ven "incompatible" con alusiones a la unidad de España y de la nación española.

Arenas, en un acto de partido en Málaga, reclamó que el PSOE "también flexibilice sus posiciones" y reiteró el argumento de que el 90% de los andaluces está conforme con la denominación de nacionalidad histórica o comunidad autónoma. Añadió que incluir el término realidad nacional es significa que los andaluces hagan de "palmeros" de Maragall, presidente de la Generalitat catalana.

También reiteró que sería "un profundo y lamentable error" que el Estatuto saliera adelante con los únicos apoyos de PSOE e IU y el rechazo de PP y PA.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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