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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

'Friqui' normalidad

En televisión se usan más las fórmulas que en los laboratorios. Se compran a precio de oro las que funcionan en otros países y se reciclan las que hicieron historia. Entre los últimos rescates de Antena 3, que no ha tenido reparos en reciclar La ruleta de la fortuna (la eterna e inmortal feria ambulante), está una nueva versión de Su media naranja, titulada hoy en día Tal para cual. Lo anima Anabel Alonso, que esta semana será una presentadora multiusos, con dos programas más en la misma cadena. La Alonso parece encontrarse muy cómoda en el programa de las parejas en un plató con decorado pop años setenta. Un horario de tarde y una duración moderada lo convierten en una especie de entremés o merienda televisiva. Más casero, imposible. Tres matrimonios compiten por un premio en metálico, demostrando lo mucho o poco que se conocen. Respuesta acertada: un piquito. Error: una mirada de hielo y una sonrisa forzada. Invariable. Normal. Visto el programa de estreno es como haberlos visto todos.

Las parejas bien avenidas dan poco espectáculo. También es sabido que las desavenencias sí son rentables para la televisión. El Loco de la Colina (TVE-1) invitó a una curiosa pareja el pasado miércoles, la formada por la cantante y princesa coreana Kimera y el empresario libanés Raymond Nakachian. Los padres de la niña Melodie, secuestrada en 1987 en Estepona (Málaga). ¿A qué se dedica usted?, le pregunta Quintero a Nakachian: soy miembro de la Academia rusa, he escrito muchos libros y construyo oleoductos, respondió. Terminó cantando gospel con una potente voz de bajo. Kimera, que se declaró muy religiosa, alabó al macho ibérico ("son como los hombres coreanos"). Muy risueña, no dejó de criticar a su marido hasta que él, admirado, le dijo: "¡Pero, mami...!" La princesa terminó cantando un Ave María, pero la voz no le dio para demasiado. No habrían ganado el premio de Tal para cual, pero despedían un friqui estado de normalidad. Lo friqui, eso sí que vende.

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