El palco vibró más que el vestuario
Los directivos del Barça celebran hasta la madrugada la final de París y Xavi recibe el alta médica
El día siguiente a ganarse el acceso a la final de la Copa de Europa, los jugadores del Barcelona se pasaron la mañana descansando por las emociones vividas en la noche del miércoles, mayormente ocupados en responder mensajes de amigos en los telefónos móviles, de felicitación unos y pidiéndoles entradas otros. Ya por la tarde sí trabajó la plantilla y Xavi lo hizo con el alta médica en el bolsillo, firmada por Ramón Cugat, el doctor que le operó. Así que el volante podría ser la novedad para el partido de mañana contra el Cádiz. Únicamente faltaron Eto'o, con permiso, y Giuly, que terminó el partido contra el Milan exhausto.
Las caras de los jugadores que se ejercitaron en La Masía hablaban de satisfacción por el trabajo bien realizado antes que de excesos en los festejos por la clasificación para la final. De hecho, el vestuario celebró con más emoción que euforia la eliminación del Milan. En el camerino no hubo cava ni nadie acabó vestido en las duchas como manda la tradición tras una gesta como la del miércoles porque, como anunció un miembro del cuerpo técnico, "el equipo es muy consciente de que todavía no ha ganado nada y así se comporta". Especialmente contento se vio a Frank Rijkaard tras el partido contra el Milan, aunque tan ocupado estuvo en atender a las cámaras de las televisiones oficiales de la Champions que, cuando entró en el vestuario a felicitar a sus jugadores, algunos ya habían abandonado el recinto. Todo lo contrario de las escenas que se vivieron en el antepalco del Camp Nou. En la zona noble del estadio los directivos y sus invitados no se reprimieron y abundaron las escenas de alegría hasta bien entrada la madrugada.
"Todos estamos viviendo un sueño. La afición y los jugadores, también. Pero el trabajo está por terminar", reconoció ayer Van Bronckhorst, para quien enfrentarse al Arsenal en la final tiene algo de especial: jugó en Highbury dos años antes de fichar por el Barcelona. "Me hace feliz encontrame a viejos amigos en París", dijo al tiempo que aseguró haberse comunicado con miembros del cuerpo médico de los gunners. "He recibido mensajes del jefe de los servicios médicos y también he hablado con Ljungberg. Seguramente también lo haré con muchos más amigos antes de llegar a París", anunció el lateral holandés, a la sazón el jugador que más minutos lleva acumulados en la presente edición de la Champions de cuantos la han disputado.
Por eso Van Bronckhorst avisó de que tendrá más que palabras con su entrenador si al final Rijkaard decide prescindir de sus servicios en la final. "Después de haber jugado todos los minutos menos un rato contra el Chelsea, no me quiero perder el partido de París por nada", asume quien reconoce en el camino del Arsenal rasgos semejantes a la singladura del Liverpool durante el curso pasado: "En la Premier no han jugado muy bien, pero en la Liga de Campeones han completado muy buenos partidos. Esperemos que su camino no termine igual".
Alguién le recordó que, en caso de victoria del Arsenal, el futbol haría justicia al decenio de trabajo de Arsène Wenger y especialmente a Bergkamp: "Sí, lo haría, pero tampoco creo que lo necesiten. Son grandes sin necesidad de ganar en París un partido que espero que se lleve el Barça". Y no por ejemplificar definitivamente el cambio de ciclo -"no creo en eso, el Milan pudo ganar el partido y estar en la final perfectamente", elogió-, sino porque cree que este Barcelona también se merece un premio: "Hemos trabajado mucho".
El otro jugador del Barça que puede presumir de pasado gunner es Sylvinho, curiosamente el compañero con el que se juega Van Bronckhorst el puesto cada partido. El brasileño no quiso señalar a un favorito, pues considera un error hacerlo antes de una final, pero no tuvo reparos en apuntar a Wenger, el entrenador del cuadro londinense durante los últimos diez años, como el responsable de los éxitos de este equipo: "Es un gentleman, un señor como decís aquí. Y un hombre que sabe tanto de fútbol que ha sido capaz de cambiar la idea de juego al Arsenal hasta convertirlo en lo que es hoy". En un finalista de la Copa de Europa.

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