Muere tras sufrir un infarto Jokin Gorostidi, veterano dirigente de HB
El ex dirigente de Herri Batasuna Jokin Gorostidi Artola falleció ayer en el hospital Donostia de San Sebastián donde estaba internado desde el pasado día 21 a causa de un infarto agudo que le produjo una situación de coma profundo, según informó la edición digital del diario Gara. Gorostidi Artola se encontraba procesado en el sumario 18/98 que está siendo juzgado actualmente en la Audiencia Nacional. Estaba previsto que declarara en el macrojuicio el pasado día 24, tres días después de que sufriera un infarto cuando viajaba en tren a San Sebastián desde Deba, la localidad en la que residía desde los ochenta con su esposa, la también ex dirigente de HB Itziar Aizpurua.
Mecánico de profesión, Gorostidi había nacido en Tolosa (Guipúzcoa) en 1944 y, antes de integrarse en ETA en los años sesenta, militó en Comisiones Obreras. Detenido en 1969, fue uno de los condenados en el Consejo de Guerra de Burgos de 1970.
Tras salir de prisión con la amnistía y regresar a Euskadi, militó en el partido HASI -de inspiración comunista- y fue uno de los fundadores de Herri Batasuna, el brazo político e institucional de la izquierda abertzale. Formó parte hasta 1992 de su Mesa Nacional, en la que ocupó diversas responsabilidades en el área de tesorería y relaciones internacionales. Fue parlamentario autonómico vasco en los ochenta y estuvo encargado en HB de los contactos con los miembros de ETA que se encontraban refugiados en diversos países latinoamericanos. El juez Garzón le imputó en enero 2000 en la causa contra la organización Xaki, considerada el aparato internacional de ETA. Tras presentarse a declarar voluntariamente, quedó en libertad con una fianza de cinco millones de pesetas. Dos años más tarde, en diciembre de 2003, Garzón volvió a ordenar su detención y evitó ingresar en prisión pagando una fianza de 18.000 euros. En esta ocasión le procesó por los delitos de integración en organización terrorista y allegamiento de fondos a ETA. En esta ocasión el juez de la Audiencia Nacional estimó que había indicios de la presunta participación de Gorostidi en la extorsión a un empresario. Éste pagó 30 millones de pesetas, pero, según informa Vasco Press, sólo cinco millones llegaron a las arcas de ETA.
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