Registrado un terremoto bajo el mar a 60 kilómetros de A Coruña

Cientos de miles de gallegos se despertaron ayer a las 7.31 por una ligera vibración en sus camas y el tintineo de los cristales. A esa hora, 61 kilómetros al noroeste de A Coruña, la tierra temblaba bajo el océano Atlántico. El terremoto alcanzó en su epicentro una magnitud de 5,1 en la escala de Richter -la mayor de las registradas en la zona-, aunque en la franja costera de A Coruña y Lugo, donde más se notó, la onda expansiva no superó el 4. No se registraron daños personales ni materiales de consideración.

El temblor despertó cierta alarma en los primeros momentos, cuando los teléfonos se sobresaltaron en los servicios oficiales de emergencia y en las redacciones de las emisoras de radio con llamadas en demanda de información. Pero el susto no pasó a más, pese a que a lo largo de la mañana el Instituto Geográfico Nacional detectó 11 réplicas del terremoto original. La más intensa alcanzó una magnitud de 3,4, pero la mayoría apenas superaron el 2, por lo que resultaron imperceptibles en la costa.

El temblor se produjo en una zona bajo el océano -43,66 grados de latitud norte y 9,03 de longitud oeste- con cierta actividad sísmica, pero en la que nunca se había registrado un seísmo con la magnitud del de ayer. El mayor registrado hasta ahora había sido de 4,7 en la escala Richter. Fuentes del Instituto Geográfico Nacional explicaron que un terremoto de 5,1 está considerado de "intensidad media" y que si su epicentro no estuviese bajo el mar, sino en una zona habitada, podría haber provocado estragos. "El océano amortiguó el efecto", convino Antonio Espinosa, director general de Protección Civil de la Xunta.

Los sismólogos consideran, en todo caso, que la baja actividad sísmica en esa área submarina no representa ningún peligro para la población.

El temblor fue claramente perceptible en ciudades como A Coruña, Santiago y Ferrol, y en la mayor parte de las localidades costeras de las provincias de A Coruña y Lugo.