El pánico dibujado en el rostro
Con una gran mancha de sangre en los pantalones y el pánico dibujado en su rostro. Así aguardaba noticias sobre el estado de su compañera una trabajadora ecuatoriana de la empresa en las urgencias de la clínica Nuestra Señora de América. A su lado, otra empleada lloraba mientras suspiraba para que la operación a la que estaba siendo sometida María jesús A. fuera un éxito.
Eran las cuatro y media de la tarde, y poco después una enfermera del centro la hizo pasar para que un médico le diera un tranquilizante.
Los mismor rostros podían verse junto al obrador. "Este tío estaba loco. Le tendríamos que haber parado los pies", se lamentaba un trabajador. A su lado, otros dos, con el sembalnte serio, asentían.
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