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Un instructor de vuelo y una alumna mueren en El Álamo al chocar en el aire dos avionetas

Otros dos miembros de la escuela de formación American Flyers España sufren heridas leves

F. Javier Barroso

Dos avionetas Cessna 172 de la escuela de formación de pilotos American Flyers España chocaron a mediodía de ayer a baja altura en el término municipal de El Álamo, al sur de la región, en una zona con buena visibilidad y sin árboles. Los dos ocupantes de una de las aeronaves, el monitor Carlos González Blázquez, de 20 años, y su alumna, Ana Rue Tanco, también de 20, fallecieron en el acto después de que el aparato cayera en barrena y se estrellase contra una finca privada. El instructor de la otra avioneta, Tomás Guerrero Arjonilla, de 38 años, pudo planear y aterrizar a unos dos kilómetros del lugar. Su aeronave quedó boca abajo. Él y su alumno, Guillermo Anguita Morales, de 23 años, sufrieron heridas leves.

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El accidente ocurrió sobre las 12.15 de ayer, cuando las dos avionetas colisionaron, por causas aún no determinadas, en el aire. Ambas pertenecían a la escuela de formación de pilotos American Flyers España y habían partido del aeropuerto de Cuatro Vientos. Una de ellas se había dirigido al aeródromo de Casarrubios del Monte, en Toledo, donde se realizan operaciones de aterrizaje y despegue.

La visibilidad a esa hora era perfecta, y la zona donde chocaron es un prado donde no hay prácticamente árboles ni obstáculos que dificulten el vuelo. La peor parte del choque se la llevó la avioneta con matrícula EC-HAS, que iba pilotada por el instructor Carlos González. Le acompañaba la alumna Ana Rue. La aeronave sufrió la rotura del timón y de un ala, lo que motivó que cayera en barrena en una pequeña ladera, dentro de la finca Almanzoro. Se estrelló con una de las vallas de este coto privado de caza. "He oído un golpetazo muy fuerte y, cuando me he girado, he visto que una de las avionetas caía en picado a tierra", explicaba Bartolomé Salazar Cortés, un testigo del accidente, que en esos momentos estaba viendo unos terrenos.

Amasijo de hierros

La avioneta no llegó a explosionar, pese a la brutalidad del choque. Pero terminó hecha un amasijo de hierros en el quedaron aprisionados los dos ocupantes. El testigo llamó desde su teléfono móvil al 112 y alertó de lo que acababa de ocurrir. Cuando llegaron los bomberos, las víctimas ya habían fallecido. "La principal dificultad ha sido el atrapamiento que sufrían. Ha sido necesario que 12 bomberos procedentes de Villaviciosa de Odón y de Parla trabajaran con herramientas de serraje y corte para extraer los cadáveres", señaló el sargento de los bomberos de la Comunidad de Madrid, Francisco Vaquero Pulido.

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El joven fallecido residía en Coslada, y la mujer vivía en la capital, según fuentes del caso. Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense.

La otra aeronave, con matrícula EC-IYF, resultó dañada pero logró planear unos dos kilómetros, cerca de la autopista de peaje R-5. Dentro viajaban el alumno Guillermo Anguita Morales, de 23 años, y el instructor Tomás Guerrero Arjonilla, de 38 años. La avioneta golpeó el suelo y quedó boca abajo en un sembrado. Les recogió el guarda de la finca Los Pinos, Desiderio Rudilla Sánchez, de 31 años: "Acababa de venir del pueblo de hacer unas compras, cuando me los he encontrado. Estaban muy nerviosos y desorientados. El mayor [el instructor] estaba sangrando por una brecha, por lo que les he llevado de urgencia al centro de salud de Navalcarnero", contó.

"Hablaban muy poco porque estaban muy desorientados. Uno de ellos ha comentado que volaban a baja altura. Ha sido el alumno el que ha visto la otra avioneta al lado y le ha dicho al instructor que se retirara, que hiciera alguna maniobra porque se iban a chocar. Por lo que se ve, le ha dado poco tiempo. Han intentado girar y se han chocado con la parte trasera de la otra avioneta", añadió Rudilla. Ambos heridos, de carácter leve, fueron atendidos de urgencia en el centro de salud. Después fueron trasladados a la Fundación Hospital Alcorcón, donde recibieron el alta a media tarde.

El alumno reside en el municipio de Santos de la Humosa, y el instructor en Boadilla del Monte. Al lugar donde murieron Carlos González y Ana Rue acudió una decena de compañeros de la escuela American Flyers España. Todos, entre ellos varios directivos, estaban muy afectados y no quisieron hablar. La juez de Navalcarnero que instruye el caso ordenó el levantamiento de los cadáveres pasadas las tres de la tarde.

La escuela American Flyers España es una de las más prestigiosas en formación de alumnos. Cuenta con 25 aeronaves de los modelos Pipper Seneca II y Cessna 172, y entrenadores de tierra para vuelo instrumental. La sede central está en Cuatro Vientos, pero tiene sucursal en el aeropuerto de Talavera la Real (Badajoz). El curso de piloto incluye 170 horas de vuelo y otras 100 de simulador. La Cessna 172 es de fabricación estadounidense. Con un solo motor, tiene capacidad para tres pasajeros y una envergadura de 11 metros. Alcanza una velocidad máxima de 230 kilómetros por hora y tiene una autonomía de vuelo de unos 1.100 kilómetros.

Agentes de la Guardia Civil fotografían la avioneta Cessna 172 en la que viajaban los dos hombres heridos en el accidente.
Agentes de la Guardia Civil fotografían la avioneta Cessna 172 en la que viajaban los dos hombres heridos en el accidente.CRISTÓBAL MANUEL
Empleados de la funeraria trasladan los cuerpos del instructor y la alumna fallecidos tras el choque.
Empleados de la funeraria trasladan los cuerpos del instructor y la alumna fallecidos tras el choque.C. M.

Otra aeronave se estrella tres horas después

Tres horas después del accidente mortal ocurrido en El Álamo, otra avioneta Cessna se estrelló en el aeródromo de Casarrubios del Monte, en Toledo. Los dos ocupantes que viajaban en su interior, ambos de unos 50 años, resultaron heridos de carácter leve y tan sólo uno de ellos hubo de ser atendido por los facultativos del Summa de un fuerte dolor lumbar, según informó una portavoz de Emergencias 112.

El accidente se produjo mientras la aeronave iniciaba la maniobra de aterrizaje en el aeródromo, después de que los dos ocupantes detectaran un problema mecánico nada más despegar. Eso les llevó a hacer un aterrizaje de emergencia. La avioneta quedó destrozada, pero sus ocupantes resultaron casi ilesos. Al igual que en el otro accidente, la Dirección General de Aviación Civil investiga las causas del choque.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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