El PSOE abre la vía para que Simancas sea elegido candidato a finales de mayo
La dirección cree que no habrá aspirante alternativo y prepara una larga precampaña
La ejecutiva federal del PSOE autorizó ayer al Partido Socialista de Madrid a que adelante el proceso de elección de su candidato para las elecciones autonómicas de mayo de 2007. Esta federación, y otras cuatro, podrán así comenzar una larga precampaña antes del verano, y no en octubre, como harán todas las demás. La dirección federal prevé que Rafael Simancas sea el único candidato que se presente, entre otras cosas porque cualquier opositor necesitaría los avales del 15% de la militancia. Si se cumplen estas previsiones, Simancas será declarado candidato el 20 de mayo.
La dirección socialista ha decidido permitir el adelanto del nombramiento de candidatos a las cinco federaciones que se lo han pedido: Baleares, Murcia, La Rioja, Valencia y Madrid. En todas ellas, el PSOE está en la oposición. Los socialistas madrileños quieren despejar cuanto antes esa incógnita interna, que siempre resulta negativa para los candidatos, y poder así volcarse de lleno en algo que Simancas ya ha comenzado, y que intensificará a partir de mayo: una larguísima campaña electoral.
En una federación como la madrileña, donde durante años se han librado batallas sin tregua entre las distintas familias, no es nada habitual que sólo haya un candidato. Pero esta vez todos los dirigentes, tanto a nivel federal como madrileño, presumen que será así. Salvo que salga un espontáneo -como sucedió en la anterior elección de Simancas, en 2002-, que no tendría en principio ninguna posibilidad de reunir los avales. El candidato cuenta con el apoyo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se va a volcar en su campaña, y de toda la dirección, y eso pesa mucho.
Las explicaciones para esta nueva situación son dos. Por un lado está la política. El partido acaba de llegar al Gobierno central después de muchos años de dificultades; la dirección y sobre todo el secretario general tienen una fuerza desconocida durante muchos años. Es difícil que en una situación así haya grandes enfrentamientos internos, que sin embargo se multiplican cuando los partidos sufren crisis por derrotas electorales.
La segunda explicación, y ésta es definitiva, reside en las normas promovidas por la dirección, encabezada por el secretario de organización, José Blanco. Estas nuevas normas, que anulan las anteriores -aprobadas en tiempos de Joaquín Almunia-, hacen casi imposible la presentación de candidatos alternativos. Es más, en el PSOE se comenta en voz baja que con estas restricciones el propio Zapatero no habría podido presentarse para disputar la secretaría general del PSOE a José Bono.
Cualquier candidato que no sea el oficial tiene tres vías para presentarse, todas ellas muy complejas. Una, lograr la mayoría en la comisión ejecutiva regional, que, por lógica, sólo tiene el líder madrileño, Simancas. Otra, la mayoría del comité regional. Aquí sucede lo mismo, la dirección tiene el control y por tanto bloquearía cualquier intento. Y por último, la vía más factible para un aspirante alternativo, aunque realmente compleja, es la de reunir el aval del 15% de los afiliados. Eso, en Madrid, supondría lograr casi 3.000 firmas, algo muy difícil de hacer sin una sólida estructura que no existe al margen de la dirección.
Cuando Zapatero se presentó para secretario general, sólo era necesario lograr un porcentaje de avales del comité federal, algo mucho más sencillo que convencer a miles de militantes.
El 16 de mayo acaba el plazo de presentación de candidaturas en Madrid. Si sólo se presenta Simancas, quedará proclamado definitivamente alrededor del 20 de mayo. Si hubiera otro, las primarias serían el 28 de mayo. Un comité federal del PSOE ratificará definitivamente la elección, probablemente el 3 de junio.
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