Ferrovial pide pista en Heathrow
El grupo español afronta la mayor inversión de su historia para hacerse con el mayor operador mundial de aeropuertos
Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, y Marcus Agius, presidente del mayor operador privado de aeropuertos del mundo, la compañía británica BAA, disputan desde febrero una partida simultánea por el control de la británica. Tras la presentación de una última oferta de compra el pasado día 7 por el consorcio que lidera la española, le corresponde mover ficha ahora a BAA, que podría incentivar el rechazo de sus accionistas a la OPA con un dividendo extra.
BAA puede intentar maniobras defensivas contra la OPA de Ferrovial mediante el reparto de un dividendo extra procedente de su deuda
Ferrovial y sus socios (Caissa de Depôt el Placement du Québec, con el 26%, y GIC Special Investments, la sociedad de capital riesgo del Gobierno de Singapur, con un 10%) han deshojado la margarita antes de lo previsto y no han querido agotar el plazo concedido hasta el 24 de abril por la autoridad reguladora del Reino Unido, City Code on Takeovers and Mergers, para confirmar su intención, adelantada a mediados de marzo, de adquirir el 100% de BAA.
Las condiciones ofrecidas en la oferta preliminar comunicada al regulador el 7 de abril son, esencialmente, las mismas presentadas a mediados de marzo por el consorcio comprador que lidera Ferrovial (con el 64% del capital) en lo relativo al precio: 810 peniques en metálico por acción, lo que supone una valoración aproximada de BAA de 12.405 millones de euros.
Sin embargo, la nueva oferta introduce tres cambios trascendentes respecto de la propuesta de marzo:
1. Se transforma en unilateral. Ya no se considera imprescindible la recomendación unánime del Consejo de Administración de BAA para llevar adelante la OPA sobre el grupo aeroportuario.
2. Su efectividad está sujeta a la obtención de aceptaciones de la oferta que represente al 90% del total de las acciones ordinarias del grupo aeroportuario, "u otro porcentaje inferior que el consorcio" comprador "pudiera establecer en su caso" (hay un compromiso con los bancos financieros para no declarar la oferta incondicional hasta que no se reciban aceptaciones de más del 75% del capital).
3. Demanda que las autoridades de la competencia británicas y comunitarias se abstengan de analizar la posible integración corporativa hasta que el consorcio comprador ratifique su propuesta preliminar del 7 de abril (hay un periodo de 28 días para hacerlo).
Elevar el precio
El Consejo de Administración de BAA, nada más conocer esta última oferta, reiteró su rechazo a la misma, esgrimido ya a mediados de marzo por razones de precio, y la calificó de "hostil". Aspira a que la propia Ferrovial u otro grupo interesado eleve al menos un 30% el precio anunciado de 810 peniques por acción. El operador británico estima que sólo el aeropuerto londinense de Heathrow, su principal activo, vale más que los 12.400 millones de euros que les ofrecen por el 100% de las acciones del grupo empresarial.
BAA gestiona en propiedad siete aeropuertos en el Reino Unido (Heathrow, Gatwick, Stansted, Southampton, Glasgow, Edimburgo y Aberdeen), y participa en otros cuatro en Estados Unidos (Indianápolis, Boston, Pittsburg y Baltimore), seis en Australia (Melbourne, Launceston, Perth, Darwin, Alice Springs y Tennant Creek), uno en Italia (Nápoles) y uno en Hungría (Budapest). Su facturación se situó en el último ejercicio en 3.100 millones de euros, pero con un resultado operativo negativo de 1.100 millones y una deuda que ronda los 6.240 millones de euros.
Aunque Ferrovial ha admitido ya la posibilidad de elevar algo el precio que ofrece a los accionistas de BAA, señala, sin embargo, que los 810 peniques que les propone desde el 17 de marzo representan una prima del 27% respecto al precio medio de la acción de 637 peniques durante los 30 días anteriores al 6 de febrero, víspera del comienzo de las especulaciones sobre la OPA, y una prima del 32% con respecto al precio medio de 615 peniques de los 12 meses anteriores a la fecha citada.
Todo ello es cierto, pero los analistas creen que la cotización de BAA se mueve en el entorno de los 850 peniques. Opinan, como el Consejo de Administración del grupo aeroportuario y como dos de sus mayores accionistas (Scottish Widows, con el 3,4%, y F&C Investment Management, con el 1,75%), que desean escuchar ofertas de Ferrovial, o de quien sea, en el umbral de los 900 peniques.
Conservar activos
Este precio elevaría aún más el enorme esfuerzo financiero de Ferrovial para afrontar esta compra, máxime cuando se ha comprometido con los reguladores británicos para evitar que le pusiesen la proa a la operación, a conservar unidos los activos aeroportuarios principales de BAA en este país y a asumir los planes de inversión en infraestructuras. Ferrovial, según algunos analistas, podría buscar un tercer socio para cederle un 10% de su participación en el consorcio y aliviar así su esfuerzo.
Los analistas españoles creen sin embargo que la operación es buena para Ferrovial y que, de llevarse a cabo, no va a destruir valor para sus accionistas. Los de La Caixa resaltan que "las adquisiciones que ha realizado este grupo en los últimos años han creado valor" y que no ha cambiado nada que induzca a pensar que "ahora la situación es diferente". En general resaltan la complementariedad entre los negocios de ambas, la demostrada capacidad de Ferrovial de generar valor con la incorporación de sus gestores a las compañías que compra, y la filosofía tradicional del grupo español de invertir sólo en países de la OCDE.
El grupo que preside Del Pino ha pretendido desde el primer momento lograr el respaldo del Consejo de Administración de BAA. Se comprometió incluso a mantener a sus directivos, sin demasiado éxito. Incluso ahora, tras justificar la presentación de la OPA preliminar ("nos hemos visto obligados", dice Ferrovial, a realizar una oferta unilateral por la negativa británica a facilitar una auditoría y por la falta de acuerdos con los fiduciarios del plan de pensiones), los gestores españoles rechazan el calificativo de "hostil" que le ha dado Marcus Agius y se muestran abiertos a retomar conversaciones con los gestores y principales accionistas de BAA para que la oferta final, a presentar en las primeras semanas de mayo, sea amistosa.
Dividendo extra
No parece fácil. Como vienen alertando desde marzo algunos analistas, como los del Urquijo, BAA puede intentar maniobras defensivas contra la OPA mediante reparto de dividendos (pago efectivo o recompra de acciones) o a través de una reestructuración financiera. Una posibilidad que, según la prensa británica, ya se está analizando. The Sunday Telegraph afirma que el consejo de BAA estudia ofrecer a sus accionistas unos dividendos de 1.000 millones de libras (casi 1.450 millones de euros) para eludir una nueva OPA de Ferrovial o de otra empresa.
También intenta conseguir nuevos fondos, que podrían provenir de su deuda, para conservar el apoyo de sus accionistas. Según el dominical inglés, el pasado mes de febrero BAA ya recaudó 2.000 millones de libras (cerca de 2.900 millones de euros) de su deuda neta.
Dos meses moviendo fichas
La partida se inició el 8 de febrero, cuando Ferrovial reconoció que preparaba junto a algunos socios financieros la compra de BAA y se revalorizaron las acciones de esta compañía. Dos días después, la británica reforzó sus defensas al modificar las condiciones de una emisión de bonos por 2.900 millones de euros. Ferrovial volvió a tomar la iniciativa y dio a conocer al mercado la firmeza de su decisión al hacer pública la composición del consorcio creado para hacerse con BAA. En paralelo, dio seguridades a las autoridades reguladoras británicas de cumplir los compromisos contraídos por BAA y facilitó al consejo de administración de ésta los documentos en detalle de su oferta de compra.
En un mar de rumores sobre otras posibles ofertas competidoras (se citaron a Goldman Sachs y Macquarie), BAA anunció el 17 de marzo la oferta del consorcio liderado por Ferrovial y su rechazo por considerar insuficiente la valoración de la compañía.
A finales de marzo, Ferrovial sorprendió al mercado y a la propia BAA. Contrató como asesor al grupo financiero australiano Macquarie, que se perfilaba como posible rival en la OPA, y se comprometió a venderle su parte en los aeropuertos de Sydney y Bristol por 745 millones de euros si se hacía con BAA. La autoridad reguladora del Reino Unido, City Code on Takeovers and Mergers, dio un ultimátum a Ferrovial para que antes del 24 de abril ratificase o no su intención de adquirir BAA. El día 7 Ferrovial confirmó su oferta preliminar que en mayo será definitiva.
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