Condenados a 57 años de cárcel dos taxistas por violar a dos clientas
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un total de 57 años de prisión a dos taxistas que, aprovechando su profesión, secuestraron a dos clientas, una de ellas menor de edad, las lesionaron y las violaron. Los hechos ocurrieron en enero y febrero de 2004.
Así lo acuerda la sección decimoséptima de la Audiencia madrileña en una sentencia que condena a José Manuel M. A. y José Antonio E. T. como autores de dos delitos de violación y como cooperadores necesarios de otros dos, así como por un delito de detención ilegal.
La sala también establece que los condenados deberán indemnizar a las víctimas con cerca de 130.000 euros en total.
La resolución judicial declara probado que en la madrugada del 10 de enero de 2004 una de las víctimas contrató en la glorieta de Bilbao los servicios del taxi conducido por el procesado José Manuel M. A., que le pidió permiso para recoger a un familiar, a lo que la mujer no se opuso, "por la seguridad que le daba volver a su casa en taxi". Al poco tiempo, el encausado paró el vehículo y subió al asiento del copiloto José Antonio E. T.
Tras circular por Madrid, José Manuel M. A. se desvió a una gasolinera, ocasión que aprovechó José Antonio E. T. para sentarse en el asiento trasero junto a la clienta, a la que empezó a tirar del pelo y a quemar con un cigarro para evitar que abandonara el coche.
Los imputados se desplazaron a un descampado, donde golpearon y violaron a la mujer entre insultos y risas, dejándola abandonada desnuda en el mismo lugar.
Menor de edad
Un mes después de ocurrir estos hechos, concretamente el 7 de febrero, una menor de edad -defendida por la letrada Belén Martín, perteneciente a la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas- paró un taxi conducido por José Manuel M. A., en cuya parte trasera viajaba agazapado José Antonio E. T. Cuando la adolescente abrió la puerta trasera del vehículo, José Antonio "la agarró y tiró fuertemente de ella hasta introducirla en el mismo", golpeándole en la cara y tirándole del pelo, exigiéndole que no gritara.
Los procesados dirigieron el taxi a un paraje abandonado donde rasgaron la camiseta a la menor, le bajaron los pantalones y ambos la violaron mientras le hacían cortes en los brazos y en la cara con los restos de un espejo. A continuación los imputados llevaron a la joven bajo amenazas a la boca de metro de Avenida de América.
La sentencia explica que los hechos juzgados han quedado acreditados gracias a las declaraciones -que califica de "plenas de verosimilitud"- prestadas por las víctimas. De ellas se desprende que los acusados emplearon "una violencia desaforada" en la comisión de los delitos, en los que imperó "una innecesaria humillación y el maltrato psicológico".
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