Un golazo resuelve un áspero partido

Despedidos los jugadores al grito de "¡campeones, campeones!", el Barça dio un paso más para alcanzar la Liga con una escuálida victoria sobre el Villarreal que le deja a sólo cinco puntos de revalidar el título a falta precisamente de cinco jornadas. Los azulgrana saben desde hace tiempo que el campeonato es cuestión de tiempo y la victoria de anteanoche, lograda con un gol de Eto'o, quedó empañada por las lesiones en cadena de Larsson y Ezquerro, que dispararon las alarmas para la semifinal de la Champions ante el Milan. Tampoco le salió gratis el encuentro al Villarreal, trufado de suplentes porque ya tiene al Arsenal metido en la cabeza. Las rotaciones no le eximieron de las lesiones de Gonzalo y Peña, que dejó al equipo con diez en el último tramo. Privado de la presencia de Ronaldinho y Riquelme, reservados para las citas europeas, el duelo perdió el encanto de otras veces y se volvió áspero y duro ante la complacencia del árbitro, muy negado.

Ante la baja de Ronaldinho, fue Eto'o quien cargó al principio con el peso de un encuentro que nació eléctrico y vibrante, con el Barça como una moto, muy enchufado. Tiene tanta prisa por zanjar una Liga que parece ya aburrirle que empezó haciendo un juego vertical, rapidísimo, abriendo el campo por las bandas, con Eto'o y Van Bommel barriendo el frente de ataque. Fue casi extraño tanto frenesí ante un partido raro, en Viernes Santo, y con una grada que tenía todos los números para estar medio vacía y que acabó medio llena gracias a los turistas que quisieron ver el cruce entre dos semifinalistas de la Champions. Todo virtual, porque Pellegrini optó por alinear a sus suplentes para reservar a sus titulares. Cambió al equipo de punta a punta: desde el portero (jugó Barbosa y no Viera, pues éste está sancionado en Europa) hasta el delantero (Guille Franco por Forlán). Y, por supuesto, tampoco estuvo Riquelme. Tantas ausencias provocaron que al Villarreal le costara de entrada frenar el vendaval azulgrana. Tuvo el Barça cuatro ocasiones claras y una la aprovechó. Directo hacia el pichichi, Eto'o marcó un golazo. El tanto tuvo un efecto desigual en los dos equipos: el Barça levantó el pie del acelerador y el Villarreal, repuesto del susto, adelantó líneas y empezó a tener más el balón. Guille Franco tuvo dos ocasiones y Arzo puso a prueba a Valdés.

Agitado por Maxi, que se benefició de las lesiones de Larsson y Ezquerro, el Barça se desesperezó tras el descanso y Pellegrini reforzó la delantera con Guayre. Tras desaprovechar más ocasiones, el Barça acabó el encuentro mirando de reojo al reloj, sustentado en la fiabilidad de su defensa y en el desacierto de los puntas visitantes.