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Reportaje:El auto de procesamiento del 11-M

La fragua de una matanza

Las miles de llamadas recogidas en el auto permiten reconstruir los preparativos de los atentados de Madrid

Jorge A. Rodríguez

Abi Hajer Abdul Aziz se lo había advertido. "Lo más peligroso y lo que mata a las formaciones y las destruye son las comunicaciones". El aviso figura en el manual del terrorista islamista en Occidente que Jamal Ahmidan, El Chino, se había bajado de Internet el 5 de noviembre de 2003. Para entonces, el atentado del 11-M estaba en fase de preparación y los teléfonos móviles eran pieza clave. Los datos de las miles de llamadas cruzadas entre el comando, sus colaboradores y la trama de Asturias, detalladas en el auto de procesamiento del juez Juan del Olmo, permiten reconstruir la fragua de lo que, el 11 de marzo de 2004, fue el mayor atentado de la historia de España.

El primer contacto data del 11 de julio 2003, cuando José Emilio Suárez Trashorras, Antonio Toro Castro (traficantes de drogas) y su hermana Carmen acudieron a un centro comercial de Las Rozas (Madrid) para reunirse con Rafa Zouhier, el nexo de unión entre asturianos e islamistas. Zouhier debió pedirles una muestra del material, que Trashorras y Toro le entregaron, el 31 de agosto, en Villanueva del Pardillo. Era un detonador.

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Zouhier se lo mostró a El Chino e incluso hizo una prueba con el detonador, el 5 de octubre de 2003, que casi le cuesta la mano izquierda. En esos días ya había una relación comercial entre Trashorras y El Chino, quien suministraba al primero hachís. Ésa es la razón por la que Trashorras y la que en breve sería su esposa acudieron el 28 de octubre a la fiesta por el nacimiento del hijo de Nordin Abdeselam. De paso se reunieron con Zouhier, El Chino y Rachid Aglif en el McDonald's de Carabanchel para hablar del intercambio de hachís por explosivos.

Trashorras y El Chino se cruzan decenas de llamadas, que generalmente son seguidas de contactos entre Trashorras y Raúl González, que trabajaba en la mina Conchita. Los viajes a Madrid de Trashorras se hacen más frecuentes, pero en algunos de ellos va sin Carmen Toro, que había empezado a trabajar como vigilante en El Corte Inglés de Avilés. El Chino, por su lado, se estaba dedicando a cobrar deudas pendientes. A unos de sus deudores, Larbi Raichi, residente en Bilbao, le pegó un tiro en la rodilla, el 30 de diciembre. "Si no me pagas, te mato", le espetó.

El 5 de enero de 2004, Sergio Álvarez llevó a Madrid una bolsa con 40 kilos de dinamita, que le entrego a El Chino en la parada de taxis de la estación de autobuses de Méndez Álvaro. El explosivo fue robado por Trashorras y Javier González Díaz, el Dinamita, en la mina Conchita. El 9 de enero hubo otro viaje con dinamita a Madrid, pero el correo fue entonces Antonio Iván Reis, al que El Chino le robó la cartera y el móvil.

Jamal Ahmidan está en permanente contacto con su grupo y con el ex minero. Los islamistas quieren más explosivos. El 23 de enero llegan a la mina 300 kilos de Goma 2 ECO, con la numeración de los cartuchos hallada luego en el piso de los suicidas de Leganés. Cinco días después, El Chino alquila la casucha de Chinchón, guarida de los terroristas.

Los preparativos se aceleran. Iván Granados y el menor Gabriel M. V. hacen dos viajes más en autobús a Madrid para intercambiar explosivos por hachís. Ahmidan y Trashorras hablan a diario por teléfono. Vuelven a verse en Madrid el 6 de febrero, mientras a la mina llega otra partida de 300 kilos de Goma 2, parte de cuyos envoltorios también llegaron a Leganés.

El 13 de febrero, Carmen Toro se toma vacaciones para casarse, al día siguiente, con José Emilio. Van de viaje de novios a Tenerife el 19 de febrero, pero ni de luna de miel se suspenden los contactos de Trashorras con El Chino. El 25 de febrero, Jamal Zougam compra 30 tarjetas telefónicas prepago en la tienda Sindhu Enterprise, una de las cuales fue hallada en la única bomba desactivada tras el 11-M.

Los recién casados aterrizan el 26 de febrero en Madrid, donde El Chino los recoge y se los lleva a la casucha de Chinchón. El comando está en plena actividad, llamándose por teléfono sin parar y, al día siguiente, se produce el robo de la Renault Kangoo hallada junto a la estación de Alcalá de Henares. Jamal Ahmidan prepara su viaje a Avilés, con Abdenabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha.

El día 28 están ya en Avilés, en cuyo Carrefour compran tres mochilas Teide para meter el explosivo que robarían esa noche con Trashorras y el menor. El robo se produce entre las 0.10 y las 6.18 del 29 de febrero. Con el coche cargado de dinamita, tras varios incidentes y trasiegos, los terroristas se van a Cantabria y enfilan hacia Burgos, a las 15.22. Jamal llama a Otman el Ghanoui (la grabación está incluida en una investigación de un juzgado de Alcalá de Henares) para que vaya a su encuentro en la carretera de Burgos.

Otman: "Ahora mismo nos faltan 15 kilómetros para Burgos".

Jamal: "Espéranos en cualquier gasolinera de la salida".

El grupo llega a Chinchón, tras un incidente con la Guardia Civil de Tráfico en Burgos, a las 19.30 del 29 de febrero. Diez minutos después, se activan en la casucha varias de las tarjetas utilizadas por los terroristas. El 1 de marzo, El Chino llama a Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, investigado por la Udyco de Madrid. Desde entonces, ambos están en permanente contacto, pero El Tunecino usa las cabinas cercanas a su casa.

El 3 de marzo, un individuo acude a la tienda Bazar Top, de Pinto, a comprar siete teléfonos Mitsubishi Trium T-110, como el hallado en la mochila bomba desactivada. Un día después, Abdennabi Kounja alquila una casa en Albolote (Granada), desde donde, se sospecha, pretendían continuar su campaña criminal. El día en que todo parece estar listo es el 7 de marzo. El comando se cruza 32 llamadas. Al día siguiente, el comando, gracias a Mohamed Belhadj, alquila el piso de Leganés. Además, vuelven a comprar un teléfono T-110 y una cinta de vídeo.

El 11 de marzo, entre las 7.36 y las 7.40, diez bombas estallan en cuatro trenes de Madrid. Nadie sabe quién ha sido. Pero los terroristas se encargaron, con dos vídeos y un comunicado escrito, de decir fuimos nosotros y habrá más.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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