Beneficios al alza
Muchas veces nos lamentamos, como buenos europeos y españoles, del retraso de nuestras empresas, y en general de nuestras estructuras económicas, en relación con otros países más avanzados, modernos y dinámicos, fundamentalmente del área anglosajona. Pues bien, en muchos y fundamentales aspectos las diferencias cada vez son menores, como no podía ser de otra manera en un mundo cada vez más globalizado. Por ejemplo, los beneficios de nuestras grandes empresas cada vez dependen menos de la explotación del negocio propio, o típico, y más de las operaciones financieras. Así lo ponen de manifiesto los datos de la Central de Balances del Banco de España para el conjunto de 2005, cuya versión trimestral (CBT, reducida a la información de algo más de 700 grandes empresas, frente a las 8.000 que participan en la anual) hemos conocido esta semana.
Los beneficios de las grandes empresas cada vez dependen más de operaciones financieras
El valor añadido bruto (VAB) nominal de las empresas de la CBT aumentó el pasado año un 4,6%, 1,2 puntos porcentuales menos que en el año anterior (gráfico izquierdo), lo que unido a una relativa aceleración de los costes laborales hizo que el resultado económico bruto de la explotación moderara su crecimiento del 8% en 2004 al 5,2% en 2005. No obstante, el resultado neto final (beneficios en sentido estricto) aumentó un 26,2% frente al 8% en 2004. Entre las rúbricas que explican este vuelvo entre el resultado de la explotación y el beneficio neto, nos encontramos, en primer lugar, con los ingresos y gastos financieros. Estos últimos registraron un cambio de tendencia significativo en 2005 al crecer un 7,8%, frente a las caídas de los años anteriores, si bien ello fue contrarrestado por el fuerte aumento de los ingresos financieros, gracias a los dividendos obtenidos de las millonarias inversiones en el exterior, que empiezan a dar sus frutos. Por ello, el crecimiento del 5,2% del resultado económico bruto de la explotación se convierte en un 12,5% en términos de resultado ordinario neto (gráfico central). El salto desde esta cifra al 26,2% señalado para el resultado neto lo provocan las plusvalías, minusvalías y otras operaciones extraordinarias.
En todo caso, más significativas que estas tasas de crecimiento de los beneficios son las de rentabilidad, que también mejoraron notablemente los ya elevados niveles de años anteriores (gráfico derecho). Las empresas españolas se encuentran en un momento dulce y ello explica el aumento de la inversión, del empleo y de las cotizaciones bursátiles. El contrapunto a estas cifras tan positivas lo pone el sector industrial, que siguió reduciendo ligeramente el empleo (menos de lo que cabría esperar) y cuyo resultado ordinario neto cayó un 6,1%.
La volatilidad de las operaciones extraordinarias hace muy difícil predecir la evolución a corto plazo de los beneficios empresariales. No obstante, por lo que respecta al núcleo principal y más estable, el resultado ordinario neto, cabe pensar que su crecimiento se desacelere notablemente en 2006 debido al impacto de los crecientes costes de la energía, a la aceleración de los costes laborales por el efecto de las cláusulas de salvaguardia y al aumento de las cargas financieras derivado tanto de los mayores tipos de interés como del creciente endeudamiento. No obstante, la rentabilidad se mantendrá en niveles elevados, por lo que la inversión y el empleo no deberían verse muy perjudicados.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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