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La Fundación Bofill constata que menores marroquíes emigran impelidos por sus padres

El estudio Menores que emigran solos de Marruecos a Cataluña, presentado ayer por la Fundación Bofill, expone que se ha producido un "cambio de estrategia" en los menores que llegan a Cataluña, ya que cada vez son más los que lo hacen con el apoyo familiar. "Como se endurecen las condiciones para la emigración adulta, la salida de menores, que serán protegidos en el destino por ley, se convierte en la única alternativa posible", explicó la antropóloga Marta Comas, autora del estudio junto con Violeta Quiroga. Los menores se convierten en "los pioneros de la cadena migratoria para el posterior reagrupamiento familiar".

El apoyo de la familia para emigrar ha aumentado sobre todo en el sur de Marruecos. En esta zona, los viajes acostumbran a hacerse en pateras -costeadas por la familia- y el referente de los padres sigue siendo muy fuerte cuando los menores llegan a su destino. Actualmente, las familias marroquíes conocen las condiciones legales en las que sus hijos se encontrarán. Algunos de los 20 muchachos entrevistados en Barcelona para elaborar el estudio admitían que cuando llegaron a la ciudad sabían que debían dirigirse a la policía, ya que los agentes les llevarían a los centros de acogida, y creían que resolverían así el problema de la documentación.

Los centros de acogida son uno de los aspectos que se deben mejorar, según las autoras. "Hay una gran saturación en los centros residenciales", señaló Comas, "y esto provoca el estancamiento de los chicos en los centros de urgencia, que en principio no deben permitir estancias superiores a tres meses, aunque conocemos casos de menores que dicen haber estado hasta seis". Los problemas que padecen los chicos en estos centros, que sólo proporcionan cena y cama, hacen que pierdan la "confianza en la Administración", que es "básica", según Comas, para su asentamiento. "El menor sólo será paciente y comprenderá los métodos de adaptación si confía en las instituciones, si encuentra en el educador social un referente; si no, los perdemos del sistema", explicó Comas.

La autora del estudio hizo hincapié en que la repatriación "no es un recurso útil" para solucionar el problema, en primer lugar "porque es ilegal en el caso de los menores, ya que la protección a la infancia está por encima de la condición de extranjería", y en segundo lugar porque "son minoritarios los casos en que se produce un retorno con garantías". Según Comas, es necesario "fomentar la prevención en origen de una emigración prematura y de riesgo". La antropóloga sentenció: "Hace falta una política pública del Gobierno marroquí que garantice el derecho de los jóvenes a aspirar a un futuro mejor en su propio país".

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