Bargalló garantiza que el Gobierno no despedirá a ningún empleado público por no pagar a ERC

Pese a las denuncias de dos funcionarias ante el Síndic de Greuges y la fiscalía, el primer consejero, Josep Bargalló, insistió ayer en que "al Gobierno no le consta que ningún trabajador de la Generalitat haya sido desplazado o despedido por incumplir la carta financiera de algún partido". Bargalló, que ayer rindió cuentas ante el Parlament por el escándalo de las cartas de Esquerra Republicana, garantizó que el Gobierno "no tolerará" despidos de trabajadores por estos motivos. Asimismo reprochó a CiU que uno de sus diputados enviara cartas a domicilios de empleados públicos.

En un duro enfrentamiento dialéctico entre el portavoz parlamentario de Convergència i Unió, Felip Puig, y Josep Bargalló, este último trató de desmentir que exista relación alguna entre el cambio de destino de dos funcionarias de la Generalitat y su negativa a pagar una cuota a Esquerra Republicana tal como les exigió este partido por carta y de forma reiterada. Bargalló aseguró que el cese de dos funcionarias que desempeñaban tareas propias de cargos de confianza se debió exclusivamente a la "pérdida de confianza" hacia éstas por parte de sus superiores.

Pero el primer consejero del Gobierno catalán no respondió a todas las preguntas que le formuló Felip Puig, o al menos no lo hizo con el detalle que éste le había solicitado. Por ejemplo, apeló al derecho a la intimidad de los trabajadores públicos para no desvelar cuántos de ellos cobran su nómina a través de la Fundación Josep Irla, de ERC. Se limitó a asegurar que, según esta fundación, no hay ninguno. Pero no habló de cargos de confianza ni de trabajadores eventuales, que en muchos casos sí están sujetos a la carta financiera de ERC.

Puig contraatacó denunciando lo "perverso" de los métodos de financiación de Esquerra, en particular los utilizados por su secretario de organización, Xavier Vendrell, también número dos de Bargalló en el Departamento de Presidencia. Tras referirse a Vendrell como el "cobrador de la fracción republicana", Puig volvió a exigir su cese ante un episodio que, recordó, "no sólo afecta a Esquerra, sino a todo el Gobierno".

Para el final Bargalló se reservaba una defensa para salir al paso de que ERC hubiera enviado cartas a domicilios particulares de funcionarios. El primer consejero denunció que un diputado de CiU, Josep Lluís Cleries, también remitió misivas a ex empleados de la Generalitat para solidarizarse con ellos cuando fueron despedidos al llegar el tripartito. Cleries aseguró que disponía de estas direcciones porque los afectados eran "amigos" a los que cada año felicitaba con motivo de "las fiestas navideñas y su cumpleaños".