José Luis Castro Lombilla cuenta una historia de humor negro en 'El antropófago sentimental'
El humorista gráfico José Luis Castro Lombilla ha publicado recientemente el relato El antropófago sentimental, una historia empapada de humor negro que cuenta las vicisitudes de un señor aficionado a comer personas. Su religiosidad y la fuerza de sus sentimientos influyen de forma decisiva en sus peculiares gustos gastronómicos.
Lombilla, que colabora como humorista gráfico en la edición andaluza de EL PAÍS, ganó con este relato el I Concurso Literario de Humor Negro, que se llevó a cabo en el marco de la III Bienal Internacional de Humor Gráfico Humoràlia, en Lleida en 2003. Esta iniciativa fue organizada por la asociación cultural Humoràlia y la Universidad de Lleida.
Los dos relatos ganadores del concurso, así como los dos finalistas, han sido publicados en un solo volumen. El libro Lápidas negras, que ha salido recientemente a la calle, ha sido publicado por la editorial Milenio. Además del relato de Lombilla, el libro recoge el otro cuento ganador del concurso, Las aventuras del beato Andrés, de Damián Torrijos, así como los finalistas, En paz descanso, de Viñas Alfonso, y Psicofonía para principiantes, de Jordi Pijoan.
La razón del título del relato, El antropófago sentimental, es elocuente. "El protagonista es un tipo que se come a la gente por amor cristiano. Confunde la eucaristía, lo simbólico de la eucaristía, y realmente se quiere comer el cuerpo de Cristo. Y al hacer la primera comunión se siente defraudado", comenta Lombilla. "El relato es una sátira de la religión. Es tan excesiva su presencia que es inevitable que se reflexione sobre ella. Determinadas cosas de sus ritos son muy parodiables. Con una presencia de una religión tan asfixiante era inevitable que hubiera algún loco como éste. El protagonista, Lorenzo, es de Huesca. Cuando llega a Sevilla se enamora. La novia que se echa es una mujer casada con un inválido. Cuando ve que Dios le señala a través de un icono a ese inválido que sufre mucho, Lorenzo decide comérselo en Semana Santa", agrega el humorista gráfico.
"Es un relato de humor negro. Me gusta el humor de autores como Pitigrilli y Miguel Mihura. He intentado hacer un humor absurdo en la línea de Mihura. Entre los autores contemporáneos creo que no hay otro como Felipe Benítez Reyes. Me parece que es un Mihura elevado a la enésima potencia", concluye Lombilla.
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