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La apertura del túnel de O'Donnell permite la salida directa de la Puerta de Alcalá a la M-30

El subterráneo, inaugurado por Gallardón, mide 1.400 metros y lo usarán 30.000 coches al día

Después de año y medio de obras y 31,4 millones de euros gastados, el Ayuntamiento abrió ayer al tráfico el nuevo túnel de O'Donnell, que permite salir de Madrid hacia el este -desde la Puerta de Alcalá hasta la M-30- sin parar en un solo semáforo. El subterráneo, el segundo más largo de España, tiene 1,4 kilómetros y discurre a 10 metros de profundidad bajo la calle de O'Donnell; será usado por 30.000 conductores al día, según calcula el gobierno municipal. En superficie se ha habilitado un carril bici que, pintado de rojo en la acera, conecta los parques de la Quinta de Fuente del Berro y del Retiro.

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El túnel inaugurado ayer por el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón sustituye al original, abierto al tráfico hace apenas siete años por el anterior regidor, José María Álvarez del Manzano. Aquel túnel medía 520 metros (con rampas) y se limitaba a sortear el cruce de O'Donnell con la calle del Doctor Esquerdo. Fue muy pronto bautizado como el retúnel -porque pasaba bajo el subterráneo ya existente de Doctor Esquerdo- y costó 936 millones de pesetas (5,6 millones de euros).

El nuevo túnel triplica la longitud (1,4 kilómetros), quintuplica el precio (31,4 millones) y da un servicio mucho mayor a los conductores: desde ayer al mediodía pueden circular bajo tierra, evitando los semáforos de la calle de O'Donnell, desde casi la Puerta de Alcalá hasta la M-30 (a la altura del Pirulí de RTVE) y, más allá, a la M-40. Es decir, desde el corazón de la ciudad hasta las vías que conducen a "cualquier destino nacional o internacional", dijo el alcalde.

Ruiz-Gallardón lo resumió con una frase acuñada por su número dos, Manuel Cobo, y que ayer estaba impresa en paneles de colores colocados en las paredes del subterráneo para el acto de inauguración: "Desde Alcalá a Nueva York, sin semáforos". El regidor justificó la necesidad de ampliar el túnel original porque éste, dijo, "no tenía capacidad suficiente" para absorber los 30.000 coches que cada día toman O'Donnell para salir por el este.

Esos 30.000 conductores serán los mismos que utilizarán el nuevo subterráneo (que mantiene los dos carriles), sólo que ahora entrarán mucho antes en el subsuelo: la boca del túnel, antes situada frente al hospital Materno Infantil, se ha adelantado hasta el cruce con la calle de Alcalá, junto a la estatua ecuestre de Espartero y una de las entradas al parque del Retiro.

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El de O'Donnell es el segundo túnel urbano más largo de España, sólo superado por el de María de Molina (dos kilómetros), también en Madrid. Ambos ocuparán ese podio por poco tiempo, hasta que en 2007 entren en funcionamiento los dos proyectos estrella de la reforma de la M-30: el doble túnel que servirá de atajo al nudo sur (4,2 kilómetros) y el tramo soterrado bajo el río Manzanares (seis kilómetros).

Pero el inaugurado ayer tiene una ventaja sobre el túnel de María de Molina: su gálibo, de 4,5 metros, permite la entrada no sólo de turismos y taxis, sino también de autobuses y camiones. "El transporte público se verá beneficiado tanto o más que el privado, teniendo en cuenta que por esta zona pasan muchos taxis y autobuses", afirmó la edil de Urbanismo, Pilar Martínez. Según el Ayuntamiento, los usuarios de las ocho líneas de autobús de la EMT que pasan por O'Donnell son 30.000 diarios, y más de 8.500 taxis (la mitad de la flota) transitan por esa calle en algún momento del día.

Carril bici

También para los amantes de la bicicleta, subrayó Ruiz-Gallardón, es una buena noticia la apertura del túnel: aprovechando las obras se ha remodelado la calle en superficie, de forma que se mantienen los dos carriles por sentido -separados por una mediana plantada con laureles- pero se habilita, en la acera más pegada al Retiro, un carril bici de dos kilómetros. Así, podrá llegarse desde el parque de la Quinta de Fuente del Berro (en el límite con la M-30) hasta el Buen Retiro a golpe de pedaleo.

El alcalde aseguró que la nueva infraestructura "reduce en un 61% el tiempo de trayecto entre Alcalá y la M-30" -aunque no dio datos de cuánto se tardaba hasta ahora en recorrer la calle de O'Donnell y cuánto se tarda a partir de ayer-. Y añadió: "Eso es un 61% más de tiempo que damos a los madrileños, un 61% más de puntualidad, de tiempo para el ocio, de convivencia familiar". El túnel tiene tres salidas de emergencia y una veintena de ventiladores de extracción de humos.

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