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Una comitiva de cargos para celebrar el "punto de inflexión" de las obras

"Hoy es un día importante para nosotros. Tenemos que contener las manifestaciones de alegría, pero no queremos ocultar que estamos contentos. La apertura del túnel de O'Donnell marca un punto de inflexión. Lo que estamos haciendo es fascinante, de verdad. Madrid va a ser muy diferente cuando esto termine". Con esas palabras, pronunciadas en el interior del túnel poco antes de que éste fuese abierto al tráfico, comenzó ayer su discurso Alberto Ruiz-Gallardón. Pero la solemnidad del mensaje era innecesaria: la importancia que daba el gobierno municipal al acto quedaba clara observando su auditorio.

A la inauguración quisieron acudir no sólo el alcalde y su edil de Urbanismo, Pilar Martínez, sino, por primera vez, los tres tenientes de alcalde -Manuel Cobo, Ana Botella y Juan Bravo-, la concejal de Medio Ambiente, Paz González, todos los cargos de la Concejalía de Urbanismo -a la cabeza, el coordinador general de Infraestructuras, Manuel Melis- y algunos de otros departamentos. A ellos se sumaron periodistas y decenas de vecinos que no quisieron perderse el momento.

En total, más de un centenar de personas se adentraron en el túnel aún virgen para escuchar a un pletórico Ruiz-Gallardón, y todos lo acompañaron después, ya en superficie, en un paseo por O'Donnell similar al que se dio la semana pasada por la Cava Baja. Hubo vecinos que saludaron al alcalde desde los balcones, ciclistas que le agradecieron el carril bici, pero también otros que le recordaron lo que han sufrido este año y medio de obras, y otros que le gritaron a varios metros, preguntando por lo suyo: "¡Gallardón, a ver cuándo haces unos buenos accesos a Vicálvaro!".

Contra la pereza

En el subsuelo, el regidor repitió que su campaña de obras pretende combatir "la resistencia mental, la actitud perezosa de no causar molestias, de pasar inadvertido". "Los ciudadanos [que votaron mayoritariamente al PP] nos dieron un mandato y una oportunidad: la de estar en política no para estar, sino para hacer. No vamos a defraudarlos, no nos quedaremos en nuestros despachos", prosiguió. Según Ruiz-Gallardón, "sólo las ciudades que creen en sí mismas son capaces de realizar algo así". E insistió: "Hay que creer que somos ciudad, no mirar sólo en cómo nos afecta a cada uno esta o aquella obra. Para competir con Londres o con París no podemos ser perezosos".

Un día después de conocerse que la Comisión Europea ha abierto expediente a España porque las obras de la M-30 se hicieron sin declaración ambiental, el alcalde terminó con optimismo: "A pesar de los obstáculos, de toda la arena que intente ponerse, cuando se sabe adónde se quiere llegar se consigue ver la luz al final del túnel".

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