Los laboristas plantean sus exigencias para formar Gobierno
Amir Peretz, líder laborista, y Eli Yishai, jefe del partido sefardí y ultraortodoxo Shas, no pierden el tiempo. Ayer se reunieron para pactar las exigencias que plantearán a Ehud Olmert, casi con seguridad futuro primer ministro de Israel. Una legislación para asegurar pensiones a todos los ciudadanos y el aumento del salario mínimo (3.300 shequels, 600 euros) son las demandas clave.
Si Peretz no logró que la agenda social dominara la campaña, la magra victoria del Kadima, el partido de Olmert, que dispondrá de 29 escaños (el recuento definitivo le dio uno más), favorece ahora que el bolsillo de los israelíes adquiera relevancia.
El Ministerio de Hacienda es el bocado más apetecido por el ex sindicalista Peretz para poner en marcha sus planes. Pero será muy complicado que lo consiga. Asesores de Olmert citados ayer por el diario Haaretz aseguraron que esa cartera permanecerá en manos del Kadima. Estarían dispuestos a entregar al laborismo el Ministerio de Defensa, pero no parece que vayan a ceder a la presión. Olmert dejaba ayer todas las opciones abiertas. No desea que los laboristas, con 20 escaños, y el Shas, que logró 12 en las urnas, sientan que son los únicos interlocutores.
"También llamaré al Likud para las negociaciones", declaró Olmert al periódico Maariv. No es la alternativa más probable. Como tampoco lo es la que indicaba el legislador del Kadima Roni Bar On: "No veo porque Avigdor Lieberman no puede estar en la coalición de Gobierno", comentó respecto al líder de Nuestra Casa Israel, un partido extremista ávido por formar parte del Ejecutivo.
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