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Entrevista:RICARDO VERGÉS | Catedrático de Economía y arquitecto

"El ansia por la propiedad ha llevado al ciudadano a la torpeza"

"En Francia, lo que se debe en créditos hipotecarios supone el 25% de la renta nacional anual; en España, el 130%. No creo que la situación sea alarmante, pero comienzan a aparecer situaciones de riesgo en el ámbito familiar". Ricardo Vergés (Badalona, 1936), catedrático de Economía Inmobiliaria de la Universidad de Montreal y arquitecto, además de asesor del Ministerio de Vivienda, ha estudiado en profundidad la situación del mercado inmobiliario español y, a pesar de su optimismo vital, asiste con preocupación tanto a la pasión por la propiedad de sus conciudadanos como a la fiebre constructora que invade el país.

Ricardo Vergés estuvo ayer en Bilbao, participando en unas jornadas sobre la vivienda que ha organizado el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro. El investigador catalán se refirió a la burbuja inmobiliaria. "Siempre digo que la burbuja no explota, que esa sensación es a menudo un efecto del pánico; en realidad, el verdadero estallido no existe, son los pinchazos de las familias", explica. "Como hay tanto dinero en juego, un banco prefiere un aval para salir del paso ante una situación crítica. Por eso, de momento, no hay morosidad".

"El ciudadano se mete en créditos a 40 años y paga tres veces más que si viviera de alquiler"

Los bajos intereses y la bonanza económica han colaborado en que la situación anómala de la vivienda en España (en 2005 se registraron 800.000 proyectos; el 90%, pisos nuevos) no reciba la atención merecida. "Nadie parece darse cuenta, salvo dos instituciones, el Instituto Nacional de Estadística y el Banco de España, que son los únicos que producen datos sobre el sector", recuerda Vergés.

Todos los mercados tienen que ser regulados, y en el caso de que no se autorregulen, Vergés entiende que han de ser las instituciones públicas las que intervengan. "No se puede acudir al argumento de Rodrigo Rato: 'como la demanda manda, qué quiere usted que le haga'. Hay que tener en cuenta que se puede romper el equilibrio entre distintos sectores. Un ejemplo simple, para entendernos: ¡qué puede pasar con el sector de los bienes de equipo si no pueden adquirir esos productos ni sus trabajadores, porque se encuentran ahogados por la hipoteca?".

Sólo basta aportar el dato de que en España se proyectaron el año pasado tantos pisos como en Francia, Alemania y Reino Unido juntos. El País Vasco y Navarra, no responden a ese modelo de desmadre constructor, pero así y todo, el precio de la vivienda en las capitales de las dos autonomías domina las estadísticas. "No ha habido una burbuja en cuestión de cantidades, pero sí se ha vivido una subida bárbara de los precios, que yo creo basada en muchas ocasiones en efectos derivados de las expectativas", señala el catedrático. "El precio del suelo en este país se establece a partir de unas causas falsas; no te venden el suelo de hoy, sino el de mañana: 'mañana, por aquí pasará una autopista, construirán un centro comercial, será una urbanización selecta...".

Quizás la existencia errante que ha llevado Vergés (también vivió durante un par de lustros en Francia y ahora reside en Sevilla) colabora en la extrañeza con la que contempla la pasión por la propiedad de los españoles. "Creo que hay un paralelo al sur de Alemania que divide la concepción de la vivienda en Europa. Al norte, la gente está cómoda con el alquiler. En España, esa ansia por la propiedad ha conducido a la torpeza. El ciudadano se mete en créditos a 40 años y paga tres veces más que si viviera de alquiler. En efecto, el homo economicus español se comporta de una manera irracional", concluye, no sin cierta ironía.

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