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Una explosión de gas butano destruye un edificio en Usera y causa cinco heridos

El Ayuntamiento ordena el derribo del inmueble, que quedó muy dañado por la deflagración

F. Javier Barroso

Una explosión de gas butano acumulado en una vivienda del distrito de Usera destruyó parte del inmueble, que deberá ser derribado dado el lamentable estado en el que quedó. La deflagración se produjo a primera hora de la mañana, cuando dormía la mayoría de los residentes en las cinco viviendas del bloque. La virulencia de la deflagración hizo que cinco vecinos resultaran heridos. El más grave, de 65 años, es el dueño del piso en el que se produjo la explosión. Los cuatro restantes sufrieron heridas de carácter leve a consecuencia de los cascotes desprendidos.

Eran las 6.45. En el número 31 de la calle de Francisco Ruiz, cerca de la de Nicolás Sánchez. La tranquilidad y el silencio era la nota dominante, hasta que una enorme explosión acabó con esa quietud. La mitad del edificio saltó por los aires por una explosión de gas butano. Según el jefe de guardia de los bomberos, Roberto Moreiras, en el piso siniestrado (el tercero) fueron localizadas dos bombonas de gas butano. Técnicos de la empresa Gas Natural confirmaron que no había suministro canalizado a la finca destruida.

El estruendo despertó a los vecinos, que en su mayoría dormía a esas horas. Salieron en pijama. Los cascotes y las tejas salieron despedidas por todos los edificios colindantes. Algunas llegaron a más de 30 metros.

La calle quedó regada de escombros. Una decena de coches que estaban aparcados en la calle resultaron destruidos, en especial un Renault Clio blanco, un Seat Toledo azul y un Hyundai rojo. Los techos quedaron destrozados al caerles encima parte de las vigas del edificio, los muebles y la fachada. Ésta había sido reformada recientemente, según comentaron algunos vecinos de la zona.

"Ha sido una explosión enorme. Me he levantado de la cama de un bote, muy asustado, porque pensé que era una bomba. Cuando me he asomado al balcón, estaba todo lleno de cascotes", declaró Florentino Gil. Otro vecino recordaba con espanto la enorme conmoción que le causó el zambombazo: "¡Nos hemos salvado de milagro! Es milagroso que no haya muerto nadie".

La primera en acudir a las llamadas de socorro fue la dotación de una autoescala del parque del paseo de Santa María de la Cabeza. Al llegar, los bomberos vieron salir a una mujer con su hija. Ambas estaban ilesas.

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El resto de los heridos fueron rescatados por los bomberos, que fueron apuntalando el edificio conforme accedían a su interior para evitar que se viniera abajo.

El más grave, el hombre de 65 años propietario de la vivienda, estaba agazapado en el sillón de su piso. Sufría quemaduras de segundo grado en un tercio del cuerpo, según Emergencias Madrid. La víctima fue trasladada en una UVI móvil del Samur-Protección Civil a la unidad de quemados del hospital universitario de Getafe. Su pronóstico era grave, según fuentes del centro. La familia no autorizó que se informara sobre su estado.

Los otros cuatro heridos sufrían golpes y magulladuras producidas por los cascotes. Recibieron el alta en el lugar. Al lugar también se desplazaron efectivos del Samur Social, que se encargó de alojar a los residentes de las siete viviendas afectadas por la explosión (cinco en el inmueble donde se produjo la deflagración y dos de otros bloques colindantes). Algunos fueron a casas de familiares.

La deflagración también dañó los pisos superiores de los números 29 y 33. Los residentes permanecieron fuera de su casa hasta que el departamento de Control de la Edificación inspeccionó la zona. Decidieron que los residentes en las viviendas superiores deberían de estar fuera de sus casas al menos tres días hasta que fuera desescombrado el edificio.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado del concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch, acudió al lugar, donde señaló que el edificio tendrá que ser demolido. "Todos los servicios han actuado de acuerdo con la exigencia que para los mismos está establecida", aseguró el alcalde.

Los bomberos revisan y desescombran el edificio siniestrado en la calle de Francisco Ruiz, en el distrito de Usera.
Los bomberos revisan y desescombran el edificio siniestrado en la calle de Francisco Ruiz, en el distrito de Usera.EFE

Un penetrante olor en la calle

"He sentido un estruendo muy fuerte y no sabía lo que pasaba. Hemos salido a la calle con lo que teníamos puesto". Antonio Alverca, un vecino del bajo del número 29 de la calle de Francisco Ruiz, en Usera, tenía todavía al mediodía de ayer el susto metido en el cuerpo.

"La calle era un nube de polvo, escombros y de cristales desparramados por todo los lugares. Esto era muy caótico", añadía este inmigrante ecuatoriano que lleva tres años en España con su familia.

"Hemos salido andando y nos hemos refugiado en una esquina, porque desde que hemos pisado la calle hemos notado un olor a gas muy fuerte. Pensábamos que íbamos a tener otra explosión", explicaba Alverca.

Al final no hubo más deflagraciones. Las asistencias médicas controlaron rápidamente la situación. Los bomberos retiraron las bombonas de gas que había en el piso siniestrado para evitar nuevas acumulaciones de gas.

"Los del Samur han tenido que asistir a más de una persona por crisis de nervios. La verdad es que lo hemos pasado muy mal hasta que nos hemos enterado de lo que pasaba. Creíamos que se trataba de una bomba o de algo similar", comentaba el inmigrante ecuatoriano. Tras el rescate de los heridos, los bomberos centraron su trabajo en localizar a una persona que se temía podía haber quedado atrapada en la vivienda contigua a donde se produjo la explosión. Al final esta persona fue localizada posteriormente ilesa en las inmediaciones del edificio afectado.

El servicio de limpieza urgente (Selur) del Ayuntamiento se encargó de limpiar la calle y retirar los escombros ante la mirada curiosa de decenas de vecinos de Usera.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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