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Entrevista:Enriqueta Vercher | Vicerrectora de PAS | APUNTES

"Les hemos pedido mucho, y eso nos exige una respuesta"

Ignacio Zafra

Enriqueta Vercher (Tavernes de la Valldigna, 1953) es la nueva vicerrectora de Organización de Servicios y de Personal de Administración y Servicios (PAS) de la Universitat de València. Un cargo al que tradicionalmente se asocia un trabajo intenso y poco visible. El severo voto de castigo con el que el PAS recibió la reelección del rector Francisco Tomás -el 70% de las papeletas del colectivo fueron en blanco, en unas elecciones a las que se presentaba un único candidato-, sin embargo, han puesto a Vercher al frente de un vicerrectorado esencial para recuperar la paz dentro de la institución académica.

Vercher, licenciada en Matemáticas, profesora de Estadística e Investigación Operativa, lleva 30 años dando clases en la universidad. Ha sido directora de departamento y ha desarrollado su carrera investigadora en el terreno de la programación semi infinita. Militante del sindicato Comisiones Obreras, está acostumbrada a la negociación desde el lado de los trabajadores y debe ahora hacerlo desde el de la empresa. De trato amable pero enérgico, se considera una persona a la que le gusta ver "la parte positiva de las cosas". La entrevista se realizó en su despacho el viernes pasado, un día después de su toma de posesión.

Pregunta. ¿A qué responde el malestar del PAS?

Respuesta. No creo que el PAS se encuentre mal en su trabajo, ni que estén mal pagados, aunque eso siempre sea relativo. Yo pienso que no es tanto un problema retributivo, que se ha mejorado en el último mandato sobre todo en lo que afecta a las escalas más bajas, si no más bien un problema de que no se sienten reconocidos por el trabajo que desarrollan.

P. ¿En qué sentido?

R. El PAS ha hecho un esfuerzo muy grande para adaptarse a las nuevas tecnologías, a las nuevas necesidades de la universidad, al hecho de tener tres campus con todo lo que eso implica... Creo que les hemos pedido mucho. Y creo que eso exige también una respuesta por parte de la institución, porque tenemos que seguir pidiéndoles mucho, porque la apuesta es por una universidad de calidad y un servicio público de calidad. Ahí hay un pedir y un dar que es donde a lo mejor ha habido un desequilibrio, pero hablo de mis impresiones porque acabo de entrar en el vicerrectorado.

P. En el PAS existen cerca de 100 categorías laborales, algunas con dos tres personas. Parecen demasiadas...

R. Tenemos 103, y eso es un problema. Viene de una estructura organizativa que tiene 12 años y que es poco flexible. Lo que ha llevado a que, ante problemas concretos, como pueden ser necesidades nuevas de la universidad, en vez de buscar una solución global se ha creado un puesto concreto. Al hacerlo se ha dejado a esa persona encerrada en un lugar desde el que es dificilísima la promoción, tanto vertical como horizontal -que sería por ejemplo cambiar de campus-

y sin perspectivas de poder desarrollar una carrera administrativa.

P. ¿Piensan reducirlas?

R. Los servicios de la universidad deben ser reorganizados, pero no hay que hacerlo comoun elefante en una cacharrería. Hay que pedirle al PAS que hable, que nos diga qué está haciendo, qué es lo que cree que debería hacer y qué recursos necesita para hacerlo. Y nosotros deberíamos responder.

P. Una de las quejas más reiteradas por el colectivo es que, quitado de las categorías más altas, el PAS de la Universitat de València cobra menos por hacer el mismo trabajo que en otras universidades valencianas, especialmente en Alicante. ¿Puede la Universitat igualar sus condiciones dada su situación económica?

R. Queremos hacer lo posible dentro de nuestras posibilidades, y se está en camino de hacerlo. Pero la homologación, tal y como está nuestra situación económica, pienso que no es posible hacerla por completo. Sobre todo porque en Alicante, lo normal es que también sigan mejorando. Además, allí tienen un solo campus y nosotros tenemos tres, lo que exige contratar a más personal. Si el dinero se recibe en función de los estudiantes, sin tener en cuenta características como estas, es aún más complicado. Creo que se tiene que pactar, hablar y pactar. Y mejorar las condiciones de forma escalonada y gradual, marcando horizontes.

P. Creó también malestar el hecho de que el nuevo método electrónico para controlar las horas de trabajo se impusiera al PAS y no a los profesores.

R. Yo creo que el control horario debe ser universal, para unos y para otros. El problema es que el decreto del profesorado no está publicado, y por tanto no sabemos cuál debe ser la dedicación de los profesores. No sabemos si deben trabajar 40 horas, 42 horas, 50 ó 60. Su dedicación tiene un apartado de docencia, otro de investigación y otro de gestión, como es ahora mi caso. Cuando yo calculo cuánto trabajo, no me salen 40, me salen muchas más. Si un profesor debe preparar las clases, investigar, atender a los alumnos, preparar materiales...

P. ¿Es imposible o no conviene controlar su dedicación?

R. No conviene no. Conviene controlar la calidad de la docencia y conviene controlar la investigación. Pero cómo se hace, ¿con los sexenios, con los proyectos que consigue como investigador principal o participante, con los cursos de doctorado que se dan, con las tesis que se dirigen?... El problema es la diferente manera que el PDI se implica en la vida universitaria. Sabemos que queremos hacerlo y estamos pensando en cómo. Cuando conozcamos el decreto podremos inventarnos las formas de control.

P. El PAS optó mayoritariamente por no votar al rector, pero entre los profesores hubo también un 34% de votos en blanco.

R. La universidad es un espacio muy crítico. Pero es que eso es bueno. No puedes avanzar si nadie te pega un toque. Desde el respeto a las personas y al trabajo que hacen, que la universidad sea crítica es un valor, que se atrevan a decirte las cosas, es un valor... A veces, desde fuera, no se entiende la libertad de expresión que hay en esta casa.

P. En precampaña se dijo que el nuevo equipo rectoral es más conservador que el anterior.

R. No lo considero más conservador. Creo que el equipo es un reflejo de la comunidad universitaria. Y creo que la diferencia crucial entre los equipos es que hay más mujeres.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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