Sólo paga lo que ve
Esta semana se han cumplido tres años de tendencia alcista en los mercados bursátiles mundiales. Coincidiendo con el inicio de la guerra en Irak, los índices comenzaron un proceso de revalorizaciones que se salda con ganancias del 90% en los mercados más desarrollados y del 160% en los emergentes, en donde China es la única excepción al perder un 11% desde esa fecha.
Como suele ser habitual, el comportamiento de las cotizaciones encuentra su apoyo en los fundamentos macroeconómicos. También marzo de 2003 marca el comienzo de la recuperación de la economía estadounidense que, acompañada de la de china, han ejercido de efecto arrastre sobre sus homólogas europea y japonesa. Aunque estas dos, en términos de PIB, sólo están mostrando una recuperación desde el pasado mes de septiembre, los resultados de sus empresas sí mejoran desde marzo de 2003. El efecto positivo de la reducción de empleo, de la deslocalización de la producción, de la minoración de los tipos de interés y del apalancamiento y, sobre todo, de los beneficios derivados de la demanda procedente desde Estados Unidos y China han permitido que los beneficios de las compañías del Eurostoxx se hayan incrementado en un 85% desde marzo de 2003.
A pesar de que la economía mundial está en una fase de crecimiento, la Bolsa sólo paga el beneficio por acción que realmente se produce
Nos encontramos con un mercado bursátil europeo que se ha revalorizado de forma intensa, un cien por cien, pero gracias a un no menos espectacular incremento del beneficio por acción (85%), por lo que apenas se ha producido una expansión de los múltiplos de valoración. La situación es similar en Estados Unidos, donde el incremento de los beneficios empresariales ha sido del 55% (menor que en Europa), un porcentaje que coincide con las ganancias de su mercado de acciones.
Por tanto, podríamos decir que, a pesar de que la economía mundial está en una fase de crecimiento, el mercado bursátil sólo paga ahora el beneficio por acción que realmente se produce y, a diferencia de lo observado en 2000, no lo hace por los potenciales incrementos de beneficios del futuro. ¿Escarmiento de la anterior burbuja o temor a que la economía mundial entre en una intensa desaceleración? Las dos cosas, pero pensamos que especialmente la primera.
David Cano y Daniel Suárez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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