"Todos deben saber que Málaga ha sido útil para el cine español"
El director del Festival de Cine de Málaga, Salomón Castiel (Casablanca, Marruecos, 1956) estima satisfecho que el palmarés tan diverso de la novena edición que concluyó anoche, obedece a la "alta calidad" de los títulos a concurso. Al margen de las películas, el festival, con 3,2 millones de presupuesto, ha estado marcado por la intensa lluvia, inédita para esta cita anual.
P. ¿Qué nota le da a esta novena edición?
R. Hemos dado un salto de calidad importante con la apuesta de Málaga Cinema para llegar al litoral y hemos seguimos apostando por el riesgo con Zonazine y Art TV. Las cifras de espectadores han subido mucho y el festival, que ya es un acontecimiento para la ciudad a pesar de que sólo tiene nueve años, tiene por delante un camino muy atractivo por recorrer.
"La ciudad está implicada. Las tiendas agotaron hace un mes los vestidos de fiesta"
P. ¿Ha copado la lluvia la atención del certamen?
R. Para mí el protagonista ha sido el buen cine, la lluvia es una anécdota. Los festivales importantes como Berlín se desarrollan bajo cero y en Cannes caen diluvios. Los dependientes de las tiendas van empapados pero con traje de etiqueta, y el festival se vive
en cada esquina. Ésa es nuestra meta. Las tiendas de ropa de mujer agotaron hace un mes los vestidos de fiesta. Es un dato que refleja cómo la gente de a pie se prepara para el festival y cómo se implica la ciudad.
P. ¿Ha ayudado la lluvia para llegar a los 60.000 espectadores?
R. Creo que no, porque cuando llueve, el malagueño no sale de casa para ir a ningún sitio. Este festival tiene mucha calle y la gente sale a ver actores y sentarse en las terrazas. Creo que con mejor tiempo hubiéramos tenido aún más espectadores.
P. El jurado ha repartido el palmarés nada menos que entre ocho películas...
R. Es lógico que se haya repartido porque había cuatro películas con un nivel alto muy similar, y creo que la dispersión de los premios obedece a dicho nivel. Además, los datos nos dicen que el festival ha tenido su mejor edición. Hemos recaudado alrededor de 100.000 euros con la venta de entradas, sobre los 77.000 euros del año pasado. Al mercado de largometrajes acudieron 65 compradores de 27 países como Israel o Eslovenia.
P. ¿Cómo afronta la décima edición?
R. Evidentemente tendremos que hacer algo muy especial. Todos deben saber que Málaga ha sido útil para el cine español. El certamen ha crecido muy rápidamente y las películas premiadas siempre tienen un importante recorrido en taquilla. Para el cine latino, Málaga cada vez es más importante y con Territorio Latinoamericano pretendemos que las coproducciones disfruten de una puerta abierta al mercado europeo, pero tenemos que ver aún qué resultado les da a los productores el haber venido a Málaga.
P. ¿Cómo ha alterado los planes organizativos la lluvia?
R. La alfombra se ha llevado hasta la entrada del teatro, y el público no ha podido disfrutar de la pasarela durante dos días. Pero ocurrió sólo durante los días del diluvio del fin de semana pasado.
P. ¿Cómo ha llegado usted al cierre del festival?
R. El viernes es el día de las mayores alegrías y tristezas porque comunicas a los amigos que han ganado y a los que han perdido. Siempre es triste que películas con expectativas no ganen nada. El viernes fue un día terrible de trabajo, pero la alegría es hoy (por ayer), cuando acaba todo y nos sentimos con la satisfacción del deber cumplido. La alegría es ver que la ciudad y la industria responde y que el público disfruta con las películas.
P. El Ministerio de Cultura no termina de implicarse de lleno.
R. Tenemos una normalización institucional envidiable, pero no nos parece seria la cantidad que aporta el Ministerio de Cultura. No hablamos de dinero, sino de un gesto. De momento no hay compromiso en firme.
P. ¿A qué festival mira Málaga como referencia organizativa?
R. El modelo a seguir sería una mezcla entre Valladolid y Cannes, buen cine pero también negocio. Los festivales funcionan sólo si hay negocio, pero además de los mercados tenemos que conseguir unir la potencialidad de la ciudad con nuestra industria.
P. ¿Está satisfecho con el tratamiento que recibe por parte de la prensa el festival?
R. En general sí. Creo que la prensa tiene una gran empatía hacia el festival y estos días sólo he recibido felicitaciones y algún que otro asombro divertido.
P. ¿Cómo encaja las críticas?
R. Bien. Este año me reuní con los periodistas de la prensa extranjera y sus críticas me parecieron saludables. Las amarillas no nos afectan.
P. ¿Hacia dónde va el festival?
R. A ser un festival aún más grande, porque la ciudad y el país ya lo consideran como propio. Quizás, aún no estemos al nivel de la industria de Francia o Alemania, pero a nivel de creación no tenemos nada que envidiar. Estamos en un mercado con condiciones desiguales, y las leyes deben proteger al cine español para que compita en igualdad de condiciones con respecto a Hollywood. Reivindicamos el cine español como una identidad cultural innegociable, y que necesita de una tutela estatal y unas subvenciones útiles.
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