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Siete heridos en dos nuevas reyertas en la zona de movida de Cádiz

Siete personas de entre 21 y 28 años resultaron heridas leves los pasados jueves y viernes en dos reyertas registradas en la Punta de San Felipe de Cádiz, durante la celebración de un botellón. La policía disolvió las peleas, pero no practicó ninguna detención. Los agentes auxiliaron a los heridos, quienes fueron atendidos en el hospital Puerta del Mar de la capital gaditana.

Los incidentes se produjeron la noche del jueves y la madrugada del viernes. La primera pelea ocurrió sobre las 22.30 frente a un bar de copas. Seis jóvenes de dos grupos de amigos diferentes y de entre 21 y 23 años se enzarzaron en una discusión que derivó en un violento enfrentamiento. Los seis implicados resultaron heridos y se denunciaron mutuamente en la Comisaría de la Policía Nacional.

La otra reyerta se registró a las 2.45 del viernes. También se inició en la zona donde se concentraban centenares de jóvenes universitarios. La policía evacuó de inmediato a un hombre de 28 años que resultó herido con un fuerte golpe en el tórax.

Dispositivo especial

Un total de 30 agentes locales y 18 del Cuerpo Nacional de Policía forman parte del dispositivo especial que se encargan de controlar la movida, repartida entre las plazas Mina y San Francisco, las calles aledañas y en la Punta de San Felipe, donde pueden llegar a concentrarse más de 8.000 jóvenes.

Pese a la reiteración de sucesos, la última junta local de seguridad, celebrada en el Ayuntamiento de Cádiz, calificó la movida juvenil como "pacífica" con "momentos aislados de violencia". Al respeto, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ha mostrado reiteradamente su preocupación por estos incidentes. En parecidos términos se pronunció recientemente el comisario jefe de la Policía Nacional en Cádiz, José María Deira, quien cuestionó la educación de la juventud actual y el papel "pasivo" de los padres. "Venimos notando una creciente violencia en las relaciones de estos jóvenes, cada vez con menos edad, con otros jóvenes, con el resto de la sociedad y la policía. (...) Me sorprende la dejación de padres y educadores de esos chicos que con 12 o 13 años les permiten estar en ambientes francamente promiscuos, peligrosos y que no contribuyen a la educación de la persona (...) Cada vez incautamos más armas blancas a los jóvenes. ¿Cómo sale de su casa un chico menor edad con un cuchillo de cocina en el cinturón? ¿Qué intención lleva?", dijo.

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En la Punta de San Felipe, zona habitual de la movida juvenil, son frecuentes casi todos los fines de semana episodios violentos. El más grave se produjo hace justo un año, cuando falleció Francisco Gamboa, el universitario de 23 años asesinado por un grupo de seis jóvenes, de edades comprendidas entre los 17 y 23 años.

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