"Es exigible que los dos grandes partidos nacionales trabajen juntos"

José Guillermo Zubía tiene 59 años y una vida ligada a las patronales vascas. Es secretario general de Confebask y vivió directamente y con esperanza la anterior tregua de ETA en 1998, su ruptura en 1999 y el asesinato del presidente de la guipuzcoana Adegi, José Mari Korta, en 2000.

Pregunta. En la anterior tregua de ETA manifestó que era la mejor inversión para Euskadi. ¿Reitera este mensaje?

Respuesta. Sin duda alguna. Pese a la existencia del terrorismo ha habido un comportamiento empresarial ejemplar que explica en gran parte el grado de desarrollo alcanzado, pero nadie puede negar que el terrorismo opera como un lastre en muchos aspectos de la vida económica. Estoy convencido que se recuperarán las vocaciones empresariales.

P. ¿Se ha perdido una generación de empresarios?

R. Al riesgo empresarial se le añadía en Euskadi otro riesgo no controlable, que con toda seguridad desincentivaba la capacidad de emprender. Hay que quedarse en que, pese a las dificultades, ha habido una clase empresarial que ha apostado por el país, ha seguido invirtiendo y trabajando.

P. ¿Hay un exceso de cautela y una ilusión contenida?

R. Hay una mezcla de las dos cosas. La percepción general es que estamos mejor en posibilidades que en 1998. Tenemos la impresión de que este es un proceso más maduro y que las circunstancias tanto internas como externas abonan más un proceso de paz. Lo que ocurre es que no hace mucho tiempo vivimos una experiencia contraria y eso introduce elementos de cautela y reserva. Llevamos apenas horas del alto el fuego y un par de días desde su anuncio, pero el optimismo gana enteros.

P. ¿Cree que cesará la extorsión?

R. Hablar de tregua persistiendo la coacción y la amenaza es algo incompatible. Por otro lado, para que siguieran las cosas como están no tendría sentido el paso dado. En este momento hay una diferencia respecto a 1998, la conciencia de la clase política de que no es posible un proceso de esta naturaleza con extorsión y amenaza. Nos sentimos arropados.

P. Como víctimas, ¿qué esperan de los partidos?

R. Como colectivo víctima, como empresarios individuales y como ciudadanos pedimos exactamente lo mismo, que el proceso se gestione bien, se tenga altura de miras, se tenga generosidad, respecto a las propias posiciones y que se enfoque más por lo que une que por lo que separa. Fundamentalmente que no sea una ocasión perdida y un terreno de lucha partidista. Deben prevalecer los intereses del país y de toda la ciudadanía.

P. ¿Piensa que los dos grandes partidos nacionales serán capaces de trabajar juntos?

R. Más que posible o no, por encima de todo es exigible. Puesto que es exigible debe ser posible.

P. ¿Hay unanimidad empresarial?

R. No me cabe la menor duda. No es un problema de sensibilidad política. Todos estamos en igual medida afectados y todos en igual medida ilusionados.

P. Ha defendido que el empresariado ha mantenido una postura ética de no pagar a ETA. ¿Se verá reforzada ahora?

R. Sigo convencido de que ha primado la posición ética de no pagar y de compromiso con el país. Este anuncio, para la extorsión, implica un enorme alivio.

P. ¿Se ha notado el alto el fuego ya en apenas unas horas?

R. Sí, en lo personal.

P. ¿Va para largo?

R. Supongo. Los protagonistas de la sociedad son las personas, que venimos condicionadas por nuestra historia. No será rápido, pero lo importante es que empiece a ser.