Seis coches bomba causan 46 muertos en el mayor barrio chií de Bagdad
Irak vive una de las jornadas más violentas de la posguerra, con más de 80 fallecidos
Al menos 46 personas perdieron ayer la vida y más de 200 resultaron heridas cuando seis coches bomba explotaron en dos mercados de Ciudad Sáder, un suburbio de Bagdad donde viven más de un millón de chiíes, la mayoría seguidores del clérigo radical Múqtada al Sáder. Estos ataques parecen ser un capítulo más en la guerra soterrada que mantienen chiíes y suníes desde el 22 de febrero, cuando una bomba destruyó la Mezquita Dorada de Samarra, una de las más importantes del chiísmo. Los muertos en diversos incidentes superaron ayer los 80 en todo el país.
El caos en el hospital de Ciudad Sáder era mayúsculo, según un reportero de Reuters. Los muertos y heridos se mezclaban en camillas tiradas en el suelo, en medio de grandes manchas de sangre. Todo era dolor y confusión: una mujer se secaba las lágrimas con su abaya y un hombre se daba golpes con la cabeza contra una pared. Eran familiares en busca de noticias de los suyos.
El ataque casi simultáneo contra los mercados de Al Ula y Al Kayara se produce en un momento político delicado, con Estados Unidos presionando a los partidos chiíes, suníes y kurdos para obtener un acuerdo para la formación de un Gobierno. El único avance en semanas se dio a conocer ayer: el Parlamento se inaugurará el 16 de marzo, tres meses después de las elecciones.
Los coches bomba contra los mercados estuvieron acompañados de varios disparos de granadas de mortero, que provocaron el pánico. Ciudad Sáder es el bastión del clérigo Múqtada al Sáder, principal crítico chií de la invasión estadounidense. Su milicia del Ejército del Mahdi se enfrentó dos veces en 2004 al Ejército norteamericano.
Otros ataques
No fueron los únicos ataques en la capital. Otras 16 personas perdieron la vida y 33 más resultaron heridas en diversos incidentes, según informaron fuentes policiales. El atentado más grave tuvo como blanco a una patrulla militar estadounidense y dejó seis civiles muertos y otros 14 heridos, cuando la carga explosiva detonó en la plaza Qahtan. Si a los de Bagdad se suman los muertos en el resto del país, el número de fallecidos en las últimas 24 horas supera los 80.
Muchos de esos ataques son represalias de anteriores ofensas en la guerra soterrada que mantienen las milicias chiíes y las suníes desde el 22 de febrero. Múqtada al Sáder fue uno de los clérigos chiíes que se distinguió en la agitación contra los suníes, aunque después llamó a la calma a sus seguidores.
Por otro lado, 90 iraquíes sospechosos de pertenecer a la insurgencia fueron capturados al suroeste de Bagdad por tropas estadounidenses e iraquíes, informaron fuentes locales. Según un comunicado de las Fuerzas Armadas iraquíes, las detenciones se llevaron a cabo en dos localidades situadas en el denominado triángulo de la muerte, donde son frecuentes los enfrentamientos entre las comunidades árabes suníes y chiíes, informa Efe.
Los atentados de ayer coincidieron con la reanudación del juicio contra el derrocado dictador Sadam Husein y siete de sus principales ayudantes por la matanza de 148 personas en la ciudad de Duyail en 1982, como represalia por un atentado fallido contra el convoy en el que viajaba Sadam.
Durante la vista, el juez escuchó los testimonios de tres de los acusados, que respondieron a las acusaciones y se declararon inocentes de los cargos que se les imputan. Está previsto que hoy, en la vista número 16, los ocho acusados prosigan con sus testimonios ante el tribunal especial.
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