Llamazares trata de convencer a Rosa Aguilar para que encabece la lista de IU en las elecciones de 2008
El referéndum para la entrada de España en la OTAN se celebró hace ahora 20 años. El Gobierno socialista pidió entonces el sí, rompiendo la línea tradicional del PSOE, y los movimientos políticos a la izquierda de este gran partido se agruparon para luchar por el no, que obtuvo un espléndido resultado del 40%. Así nació Izquierda Unida. El PASOC, el PSUC, Izquierda Republicana y el Partido Humanista se unieron al hegemónico PCE y a decenas de independientes para crear una alternativa a la izquierda del PSOE.
Organizativamente, de aquello apenas queda el PCE, que ahora se enfrenta a la dirección de IU. Todos los demás partidos han dejado el proyecto, mientras Nueva Izquierda -la formación de Diego López Garrido y Cristina Almeida- fue expulsada. Electoralmente, la federación vive su peor momento después de la hecatombe de 2004, y las encuestas no auguran remontadas. Políticamente, IU tiene más influencia que nunca porque se ha convertido, por primera vez en su historia, en socio no imprescindible pero sí necesario del Gobierno socialista, y pacta con él casi todas las leyes relevantes.
En esta complicada situación, el tercer coordinador general de IU, Gaspar Llamazares (después de Gerardo Iglesias y Julio Anguita), que se aupó al liderazgo en 2000, comienza a mover los hilos para tratar de mejorar sus expectativas electorales. El plan que ha urdido la dirección pasa por un punto imprescindible: convencer a la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, la dirigente mejor valorada de toda la federación, para que sea la cabeza de lista de IU en las próximas generales, en 2008. El lunes de la pasada semana, Llamazares se reunió en Madrid con ella para seguir hablando de este asunto, al que ya le han dado muchas vueltas durante los últimos meses, según fuentes de la dirección.
Ese día no se tomó ningún acuerdo definitivo, según fuentes conocedoras del contenido de la reunión, pero una novedad indica que la decisión final se acerca. A la cita fue invitado Ángel Pérez, diputado y hombre fuerte de IU-Madrid. Este dirigente se ha distanciado de Llamazares, al que apoyó en la última asamblea. El líder, que se enfrenta a una gran división interna, quiere atraerse a Pérez para garantizar su mayoría.
El pacto, aún no cerrado, ni mucho menos, consistiría en una jugada a varias bandas. Aguilar sería candidata, pero Llamazares seguiría como coordinador para controlar la formación y evitar que sus enemigos, agrupados en torno al PCE, se hagan con el poder. Pérez sería candidato a la alcaldía de Madrid y podría dejar el puesto de diputado para Llamazares. Inés Sabanés pasaría, entonces, a ser cabeza de lista en la lucha por la Comunidad de Madrid.
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