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Reportaje:

Lujo a toda vela en Rodman

La gallega aspira a liderar en Europa la construcción de grandes yates

Después de tres décadas en la náutica profesional y los pequeños barcos de recreo, Rodman, con sede en Moaña (Pontevedra), ha decidido dar un golpe de timón a su trayectoria. Entre este año y el 2009 lanzará una ambiciosa gama de grandes y lujosos yates, de 20 a 30 metros de eslora, diseñados por el italiano Fulvio de Simoni.

El fundador ha vendido sus acciones a Pescanova y Rodman también ha dado entrada en su capital a 3i, con una participación del 24%
Mientras que el precio de sus barcos actuales está en torno a 350.000 euros, el nuevo modelo de yates va a alcanzar los 2,5 millones de euros
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12.000 barcos y mil trabajadores

Los responsables de Rodman, para asegurarse el éxito en la nueva etapa, en la que esperan duplicar el tamaño de la empresa en tres años (desde unos 100 a 200 millones de euros de facturación) y superar el relativo estancamiento del área de náutica profesional, han tenido que efectuar también un concienzudo rediseño de la gestión y estrategia de la compañía.

Algo que Francisco Rivas, su consejero delegado, expresa de forma plástica. "Hacer yates no es como hacer otros barcos: todo cambia, desde la producción al marketing y a la distribución". Mientras que en la náutica profesional -pesqueros, patrulleras, barcos de salvamento, buques laboratorio...- los barcos se construyen bajo pedido y según las especificaciones de los compradores, en la náutica de recreo buena parte de los elementos se construyen en serie, "lo cual", subraya, "nos acerca al esquema de una cadena de montaje de coches".

Igual ocurre a la hora de vender. En náutica profesional la clave está en apuntarse a los concursos y tener buenas relaciones con un grupo reducido de clientes -administraciones, empresas pesqueras, etétera-. Ya en el concurrido sector mundial de yates -un mercado de consumo como otro más- hay que batallar con decenas de otras marcas. Y vencerlas. No extraña que Rivas insista, también aquí, en el símil del automóvil. "Al final los yates se venden como los coches. Por precio, calidad, diseño, imagen de marca y red de distribución".

Todo ello ha llevado a que la entrada en la nueva línea de negocio le haya obligado a Rodman a realizar adaptaciones en su modelo empresarial. Para acometer el desafío, Manuel Rodríguez, el fundador y propietario, vendió su paquete en Pescanova y dio entrada en el 24% del capital a 3i. La empresa fue reorganizada en dos áreas de negocio, náutica profesional y de recreo, y está subdividida a su vez en otras dos; yates (que empezará a funcionar este año) y barcos de recreo (hasta los 12 metros), activa desde el 2000. La empresa ha destinado, además, el nuevo astillero de Valença do Miño (en Portugal y a punto de inaugurarse) para los barcos de recreo pequeños y el de Moaña, al lado de Vigo, para los yates. En total, sumados otros dos astilleros (uno en el Algarve portugués), el grupo cuenta con 105.000 metros cuadrados de superficie industrial.

Pero, quizá donde más esfuerzos esté haciendo la empresa es en el área de ventas, sobre todo fuera de España. Rodman, que espera pasar en su área de recreo del 70% al 90% exportado en tres años, ha nombrado varios directores comerciales con responsabilidad sobre zonas como Francia, el sur de Europa o EstadosUnidos. Y está tratando de reforzar su red de agentes y representantes en unos 24 países, en especial en Estados Unidos, un mercado muy potente. "Queremos tener allí al menos un representante por Estado", explica Rivas.

Todo indica que la decisión de avanzar hacia barcos de recreo de mayor calado se debe en buena parte al éxito cosechado por el Rodman 41 ISP, un barco de 14 metros de eslora calificado en 2005 como "el mejor barco de recreo europeo". Según Rivas, la apuesta por la náutica de recreo "no se debe a un menor interés por los barcos profesionales, sino porque el mercado de yates de lujo es anticíclico; estos barcos se venden siempre". Un mercado, además, muy interesante y que deja buenos márgenes. Mientras que uno de los barcos actuales de Rodman se paga en torno a los 350.000 euros, el nuevo modelo de 72 pies puede alcanzar los 2,5 millones. A esto se añade el que el sector de barcos profesionales no atraviese su mejor momento, argumento que también ha acelerado la apuesta de la empresa por la nueva área de negocio.

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