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Dos etarras, condenados a 253 años de cárcel por la explosión de una bomba antes de un Madrid-Barça

Los etarras Mikel San Argimiro Isasa, Pablo, e Imanol Miner Villanueva, integrantes del comando Txirrita, fueron condenados ayer a 253 años de prisión, cada uno, por la explosión, el 1 de mayo de 2002, de un coche bomba en la puerta del rascacielos conocido como Torre Europa, justo enfrente del estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, pocas horas antes de la celebración del partido de vuelta de las semifinales de la Liga de campeones entre el Real Madrid y el Barcelona.

La explosión del artefacto causó lesiones a 22 personas e importantes daños materiales.

La propia sentencia señala que a pesar de que la suma aritmética de las penas impuesta asciende a 253 años y nueve meses de prisión para cada uno de los condenados, debe aplicarse el límite máximo de cumplimiento de 25 años de cárcel, previsto en el artículo 76 de Código Penal de 1995.

El tribunal de la Audiencia Nacional, presidido por Fernando Bermúdez de la Fuente e integrado por Alfonso Guevara y Paloma González, precisa que "atendiendo a la gravedad de los hechos cometidos y a la peligrosidad criminal de los acusados, acuerda que tanto para la concesión de los posibles beneficios penitenciarios que les puedan ser otorgados como para la concesión de la libertad condicional se compute sobre la totalidad de las penas impuestas". Es decir, que los 25 años de prisión en los que han sido acumulados los más de 253 años de condena serán de cumplimiento efectivo, día por día.

La sentencia recoge que San Argimiro, de 43 años, natural de San Sebastián (Guipúzcoa), y Balbino Sáez Olarra, que está declarado rebelde, formaron en mayo de 2001 el comando Txirrita, al que en 2002 se unió Imanol Miner, de 30 años, natural de Hernani (Guipúzcoa). El grupo alquiló un piso en Madrid y realizó vigilancias de posibles objetivos. La dirección de la banda terrorista les proporcionó material explosivo, tres pistolas, un subfusil, componentes químicos y electrónicos para fabricar bombas, así como un coche robado.

Los etarras robaron otro vehículo al que cambiaron las placas de matrícula, y el 1 de mayo de 2002 introdujeron una olla con explosivos en su interior, lo situaron en las proximidades del estadio Bernabéu pocas horas antes del inicio del partido Real Madrid-Barcelona. También colocaron otro coche bomba en el paseo de Santa María de la Cabeza para simular que era el coche que habían utilizado en la huida. Los terroristas avisaron de la colocación del artefacto al teléfono de emergencias 112.

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