La lesión del velocista

Pocos futbolistas retarían a un sprint de cincuenta metros a Lionel Messi, que prácticamente es tan veloz con el balón en los pies como sin él. La simple presencia del argentino puede atemorizar a su marcador. En corto, el defensa sabe que Messi puede hacerle un quiebro gracias a sus bruscos, aunque armónicos, movimientos. Con metros por delante, el lateral baja la cabeza y arranca a correr como un descosido para tratar de frenarle. Pocas veces lo consigue. Messi es explosivo, de movimientos vertiginosos y diligentes. Y eso, a veces, juega en su contra. Como el pasado 5 de febrero ante el Atlético, cuando tuvo una rotura fibrilar en el bíceps de la pierna derecha y como el martes ante el Chelsea, cuando apenas un par de centímetros más abajo, se volvió a romper la musculatura. Cinco centímetros de profundidad que le dejarán de entre cuatro a seis semanas de baja. Aunque las lesiones musculares no tienen panacea, los médicos del Barça saben que un músculo cansado tiene más probabilidades de ceder. Y Messi lleva un mes y medio más de temporada que el resto de jugadores.

En verano, la pulga se enfundó la elástica de Argentina para disputar el Mundial Sub-20 en Holanda, donde no sólo se erigió como el mejor futbolista del torneo, sino que se proclamó campeón. "Una flecha. No podés pararlo porque, además de que parece tener el balón enganchado al pie, corre más rápido que nadie", asegura Zabaleta, medio del Espanyol, que compartió habitación con él en Holanda. Igual que su evolución futbolística se ha producido por "venir lanzado" del Mundial, según el cuerpo técnico, "ahora es más normal que sufra lesiones musculares porque está más cansado que el resto", explica un integrante del departamento médico azulgrana. Ayer, Messi fue explorado por los doctores del Barça y el resultado fue claro: rotura muscular en el bíceps femoral de la pierna derecha. Pero, además, vincularon la lesión con su explosividad, con su "condición de velocista". El doctor Lluís Til, integrante del área médica azulgrana, ahondó en su explicación: "Lo que le sucede ha Messi es habitual en jugadores muy rápidos que protagonizan constantes cambios de ritmo". Y desechó la idea de que esta rotura fuese la misma que la del Atlético: "Esa rotura está cicatrizada y fue un poco más arriba que la actual. Aunque el grupo muscular afectado es el mismo". Ahora, Messi deberá afrontar dos fases para recuperarse. Primero, durante una semana, se le aplicarán antinflamatorios y relajantes musculares en la zona lesionada para cicatrizar la rotura del músculo. Después, se centrará en recuperar la función muscular.

Messi estará de cuatro a seis semanas de baja. O, lo que es lo mismo, se perderá bastantes partidos si se mira el ajetreado calendario del Barça. Si tan solo está un mes en la enfermería, Leo no participará en seis partidos de Liga -entre ellos, el Barça-Madrid del 2 de abril- y la eliminatoria de los cuartos de final de la Champions. "No quiero forzar más de la cuenta, pero espero volver en un mes", aseguró Messi, que también recordó la jugada de su lesión: "Cuando colisioné con Gallas noté un primer pinchazo. Pero no fue hasta momentos después, cuando, con Robben, sentí que no podía continuar". Nada más cruzar la línea de cal que delimita el campo, el técnico azulgrana, Frank Rijkaard, le dio un abrazo fraternal a modo de consuelo. Más tarde, consciente de que Messi sigue siendo un niño de 18 años y de su importancia en el equipo, aseguró: "Espero que se recupere pronto". Ronaldinho añadió: "Pero tiene que tener tranquilidad". Y su compañero Edmilson fue la voz de la experiencia: "Es normal que esté apenado. Pero es muy joven y tiene mucho tiempo por delante para jugar grandes partidos".