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Las 'vidas rotas' del 11-M se unen en un mural en la Pablo de Olavide

La madre de una de las víctimas recoge una réplica de la pintura

Un mural realizado en la Universidad canadiense de Queen's recoge los recortes de periódico de las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid y destaca el de una alumna universitaria que leía a Capote cuando murió. Un profesor, que trabajaba entonces en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, llevó a Canadá los artículos publicados en EL PAÍS. Ahora, la pintura se expone en la UPO.

Un libro fue el detonante de una historia que ha cruzado ya varias veces el océano Atlántico. La novela A sangre fría, de Truman Capote, estaba sobre el regazo de Angélica González, estudiante madrileña de Filología Inglesa, de 19 años, cuando la encontraron en uno de los vagones que explotaron en los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004. Gracias a este dato se la pudo identificar.

Ésta fue la imagen que pudo imaginar George Lovell, profesor canadiense de Historia de América en la Universidad Pablo de Olavide, al leer uno de los recortes de la serie Vidas rotas que el diario EL PAÍS publicó tras los atentados. Lovell ya había quedado impresionado con muchas de las historias de las víctimas, que recortaba y guardaba meticulosamente. Pero fue la de Angélica González la que más le conmovió y le llevó a implicar a Rebecca Soudent, artista y antigua alumna de la Universidad canadiense de Queen's, en las cientos de historias que le habían marcado. "Estaba tomando una tapa y leyendo EL PAÍS cuando encontré la viñeta que hablaba de Angélica. Me impactó y me puse a llorar. Ella, simbólicamente, es la estudiante eterna", explica el profesor.

La pintora, Rebecca Soudent realizó en 2004 dos murales con los recortes que el docente le llevó y los donó el año pasado a ambas universidades. Uno de ellos se quedó en Canadá. El otro, homenajea desde ayer a las víctimas desde el nuevo edificio del rectorado de la UPO.

El cuadro tiene a Angélica como protagonista. La joven aparece tumbada, abrazando su libro. Bajo ella: un mapa de España de color rojo sangre y muchas flores que emergen con los recortes de cada una de las víctimas.

La madre de la joven, Florentina García, estuvo ayer en Sevilla en la inauguración de este cuadro, del que se llevó una imagen en miniatura. "Estoy emocionada porque esta Universidad esté en Sevilla, ya que el proyecto de inmediato futuro de Angélica era venir aquí. Ella amaba esta ciudad y, por lo tanto, yo también", dijo García, que en el artículo de Vidas rotas destacaba: "Estaba leyendo A sangre fría. Y a sangre fría fue como la mataron". La joven, se lamentó con entereza su madre, "siempre decía sí a la vida".

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El rector, Agustín Madrid, recordó con los ojos chispeantes las palabras de Florentina García en una carta al Rectorado: "La mejor forma de luchar contra esto es la firmeza en la lucha contra la violencia, la tolerancia y el uso de la palabra como única arma. Y todo ello se puede hacer desde la Universidad".

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