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La oposición socialdemócrata gana los comicios municipales en Holanda

Isabel Ferrer

La oposición socialdemócrata holandesa (PvdA) venció ayer en unas elecciones municipales en las que participó un 58% de las cerca de 12 millones de personas convocadas a las urnas (de una población de 16,3 millones). La gran derrotada fue la democracia cristiana en el poder (CDA), que forma, junto con dos partidos liberales (VVD y D66), una de las coaliciones gubernamentales menos populares de las últimas décadas.

El PvdA obtuvo un 23,4% de los sufragios, es decir 1.988 concejales, 671 más que en 2002. El CDA logró un 16,9%, perdiendo 296 concejales, al quedarse con 1.754. El VVD obtuvo un 13,8% de los votos, y el D66 un 2,6%. Los otros ganadores de la jornada fueron los socialistas radicales (SP), con un 5,7%.

Los verdes (Groen Links) sumaron un 5,9% de los votos. Leefbaar Nederland, el primer partido liderado por Pim Fortuyn -líder ultraderechista asesinado en 2002- antes de fundar el suyo propio, perdió gran parte de su tirón popular. Sólo consiguió un 3% de las papeletas. Unos 2,2 millones de extranjeros con cinco años de residencia podían acudir también a las urnas en los 419 municipios holandeses. El 80% de los inmigrantes votaron al PvdA.

"Felicidades y muchas gracias a todos los que han hecho posible esta victoria", dijo nada más asegurarse de que había ganado Wouter Bos, líder socialdemócrata. Recibido como un héroe en Utrecht por sus seguidores, descendió luego a la realidad y advirtió que una cosa era vencer y otra "hacerse merecedor de la confianza que había depositado en su formación el electorado".

Hace cuatro años, la aparición de Fortuyn les apartó del poder municipal. Claramente contrariados, los representantes de la democracia cristiana prefirieron anoche "mirar hacia delante y seguir trabajando" para recuperar esa misma confianza popular. En cuanto a los socialistas radicales, hablaron ya de un posible Gobierno de izquierda tras las elecciones legislativas de 2007.

Poder adquisitivo

Sin perder de vista que los márgenes de diferencia entre la democracia cristiana y la socialdemocracia no son en Holanda tan notorios como en otros países, estudios como el recién elaborado por la Universidad de Amsterdam aportan datos significativos sobre los votantes. Hace cuatro años, en plena era Fortuyn, el freno a la inmigración y la seguridad ciudadana, dos de sus lemas, encabezaban las preocupaciones ciudadanas. El trabajo universitario señala que la recuperación del poder adquisitivo constituye hoy el principal problema. Por encima de la integración social o la lucha antiterrorista.

Así las cosas, las discusiones sobre la brecha abierta entre ciudadanos y gobernantes, "serían un asunto más de las élites que del ciudadano medio". Los votantes refrendaron este análisis al primar el desempleo y la pobreza sobre la inmigración o la seguridad entre sus quejas.

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