Ni Mundial ni traspaso
Portugal y el Deportivo lamentan por razones futbolísticas y económicas la grave lesión de rodilla del defensa Andrade
Cuando las cámaras de televisión mostraron el sábado pasado, en el transcurso del partido Barcelona-Deportivo, la escalofriante imagen de la rodilla deformada del portugués Andrade, un lamento recorrió en ambas direcciones la autopista entre A Coruña y el país del jugador. En Portugal se llora la gravísima lesión del central -rotura del tendón rotuliano izquierdo, seis meses de baja- porque su selección se queda sin uno de sus baluartes defensivos para el Mundial de este verano en Alemania. A su vez, el Deportivo pierde bastante más que un jugador. Andrade era también su principal activo para situar en el mercado al final de curso y reducir sus abultados números rojos.
Desde el punto de vista del deportivismo, se puede ver de dos maneras la lesión de Andrade ante el Barcelona en el Camp Nou, donde se rompió al tratar de esquivar un choque con su portero, Molina. La versión positiva es que, probablemente, se evitará la marcha de su mejor defensa, un futbolista que supera sus carencias técnicas con un físico portentoso. Pero el Deportivo ya lleva tiempo sumergido en un baño de realismo que le impone atender principalmente a las razones financieras. Y la baja de Andrade -de cumplirse las previsiones, no estaría recuperado hasta septiembre- ensombrece ese plan de saneamiento que el presidente del club gallego, Augusto César Lendoiro, ha puesto en marcha de forma más o menos tácita. El proyecto consiste en vender a los jugadores más cotizados -Andrade y Duscher encabezan la lista- y buscar promesas a un precio asequible.
Andrade ya estuvo a punto de irse al Liverpool el pasado verano. La operación no fructificó, pero él mismo se ha encargado de apremiar al club. Durante las pasadas vacaciones de Navidad, declaró a los medios informativos portugueses que su carrera corría el riesgo de estancarse y que deseaba buscar un nuevo destino para la próxima temporada. De entre la lista de posibles pretendientes, en las últimas semanas se había vuelto a hablar con insistencia del Inter de Milán. Su contrato actual finaliza en 2009 y el Deportivo calculaba que lo podría vender por entre 15 y 20 millones de euros. Andrade tiene 27 años y hasta el sábado sólo había sufrido una lesión de importancia, precisamente nada más llegar a A Coruña, en septiembre de 2002, procedente del Oporto, cuando se rompió un dedo de un pie y pasó casi en blanco su primera temporada en España.
Un mazazo
Joaquín Caparrós, el entrenador del Deportivo, ha vivido la lesión como "un mazazo". Para Luiz Felipe Scolari, el seleccionador portugués, ha resultado "una pésima noticia". En los tres años que el técnico brasileño lleva dirigiendo a la selección portuguesa, Andrade ha sido el segundo futbolista en el cómputo de los minutos jugados. El aprecio del seleccionador por él llega al extremo de que ha anunciado que, pese a todo, le invitará a viajar a Alemania.
Scolari, al menos, tiene cierta variedad para elegir. Pero a Joaquín Caparrós se le acrecientan las penurias tras haber perdido también a Valerón para todo mlo que resta ede temporada. Y, aunque no sea muy dado a lamentarse, el técnico del equipo gallego no ha podido evitar esta vez la queja: "Parece que nos ha tocado la ley de Murphy".
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