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Crónica:Fútbol | 26ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Empate para olvidar entre Racing y Mallorca

Hace falta mucho empeño para borrar del fútbol la estética, la emoción y la alegría. Es un trabajo hercúleo. Sin embargo, si dos equipos se ponen a ello con ahínco se podría llegar a definir el fútbol como una nadería soporífera, carente de sentido y banal. Eso es lo que hicieron ayer Racing y Mallorca. Ni deporte, ni espectáculo. Los resultados avalan a Manzano (dos victorias, una contra el Real Madrid y el empate ante los cántabros) pero la imagen exhibida en Santander distó mucho de la esperada. Y eso que los baleares resultaron claramente lo mejor del partido.

El Racing ni existió en El Sardinero, como ha demostrado durante casi toda la temporada, ya que en su feudo sólo ha logrado dos victorias. El público pitó a un equipo que disparó dos veces a la portería defendida por Prats. Además, no hizo circular el balón ni tuvo ideas, ni continuidad, ni ritmo ni nada. Sólo alguna aparición muy aislada de Jonatan Valle y un tiro demasiado cruzado de Pinilla a falta de un cuarto de hora para el final del choque.

RACING 0 - MALLORCA 0

Racing: Aouate; Regragui, Garay, Alfaro, Pinillos; Casquero (Antoñito, m. 56), Vitolo; Damiá (Wilfred Dalmat, m. 56), Melo, Jonatan Valle (Antonio Tomás, m. 71); y Pinilla.

Mallorca: Prats; Cortés, Ballesteros, Nunes, Navarro; Basinas, Pereyra (Doni, m. 72), Tuni (Víctor, m. 79), Jonás (Campano, m. 90); Arango y Pisculichi.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Jonatan Valle, Ballesteros, Alfaro, Melo y Regragui.

Unos 13.000 espectadores en El Sardinero.

Calificar al resto del tiempo de carreras sobre el arenal santanderino (césped ya casi ni hay) como fútbol resulta una osadía. Con la excepción de Jonás, que por la banda derecha bermellona puso algo de calidad en el duelo. Nadie más supo o quiso enderezar la deprimente marcha del encuentro, que sólo sirve como anodino relleno de la Liga y para mantener a ambos conjuntos en la zona caliente de la tabla, con el descenso siempre a la vista.

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