Un refugio para mimarse

Con la ayuda del arquitecto José Luis Antúnez y la experiencia de haber decorado otros establecimientos y viviendas particulares en el entorno de la sierra de Béjar (Salamanca), el pintor e interiorista Josetxo Lamy se ha embarcado, junto a Luis Nieto, en la rehabilitación y gestión como posada rural de una antigua fábrica de embutidos en Candelario. Fechado en el siglo XVIII, el edificio conserva íntegros sus muros de granito y adobe, la viguería de castaño y el zaguán con regadera que impone la tradición del lugar. Junto a la entrada, el pintor ha habilitado un espacio para la exposición de sus obras. Aunque las mejores tablas se exhiben en los 10 dormitorios, ambientados con cabeceros de caballos y motivos ecuestres surgidos de su pincel, además de tapicerías en lino o algodón y otras piezas decorativas en tonos crudos a su gusto.

Al fondo del mostrador utilizado antaño como despacho de chacinería, hoy convertido en tienda de artesanía local, se encuentra el restaurante, especializado en cocina serrana con detalles creativos. El sosiego de la posada invita a largas sobremesas bajo las luminarias de diseño contemporáneo y las recreaciones equinas del artista nacido en San Sebastián. Las calles empedradas del pueblo y sus rincones solitarios constituyen también un escenario rústico para las escapadas en fines de semana.