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Los presos de Al Qaeda se amotinan en tres cárceles jordanas

Los presos de Al Qaeda en cárceles de países islámicos se rebelan con frecuencia creciente. Si días atrás sucedió en Afganistán, ayer fue el turno de Jordania. Después de 13 horas de secuestro de varios funcionarios, los internos de la prisión de Yueida liberaron a sus rehenes, entre ellos el director del penal y seis policías, mientras en otros dos presidios los reos organizaban motines. Se trata de la primera revuelta coordinada que se produce en centros penitenciarios del reino hachemí y la más grave de los últimos años.

Jordania se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de Al Qaeda. Los servicios de espionaje, según informó anoche la televisión pública sin precisar detalles, abortaron un compló para organizar un atentado suicida contra instalaciones civiles vitales para el país. Según los servicios de inteligencia jordana, el grupo que planeaba el ataque estaba compuesto por nacionales de Irak, Libia y Arabia Saudí.

El motín se originó durante la madrugada de ayer cuando los funcionarios se disponían a trasladar desde la prisión de Suaqa a otro penal a Libian Salem bin Suweid y a Yasir Freihat, sentenciados por el asesinato en Ammán de un diplomático de Estados Unidos hace cuatro años.

Los reclusos pensaron que los dos terroristas iban a ser ejecutados, y el tumulto, en el que participaron 150 presos armados con barras de hierro, se desencadenó inmediatamente. Fuentes policiales citadas por Reuters aseguraron que los internos disponían de teléfonos móviles, lo que facilitó la coordinación simultánea con las cárceles de Yueida y Qafqafa. En los penales jordanos cumplen condena unos 6.000 presos.

Negociación con los reclusos

Aunque cientos de policías antidisturbios sofocaron la revuelta empleando gases lacrimógenos y varios agentes sufrieron fracturas y cortes, las autoridades optaron finalmente por negociar con los reos. Se comprometieron a detener los traslados de presos, a acelerar los juicios contra reclusos que permanecen encarcelados sin imputación de delitos y a mejorar las condiciones de vida.

La preocupación del Gobierno se ha acrecentado desde que el pasado 9 de noviembre la organización terrorista encabezada por Abu Musab al Zarqaui, de nacionalidad jordana, consiguiera perpetrar un triple atentado suicida en sendos hoteles de Ammán, consiguiendo así desbordar a los servicios de seguridad. Casi 60 personas fallecieron.

Ya en la primavera de 2004 habían tratado de ejecutar un atentado con sustancias químicas en la capital, uno de cuyos organizadores, Azmi Yayusi, es interno del presidio de Yueida. Además, la victoria de Hamás en los territorios palestinos no hace sino aumentar el quebradero de cabeza del Ejecutivo jordano.

Más de dos tercios de los cinco millones de jordanos son de origen palestino y las simpatías hacia los Hermanos Musulmanes, la fuerza política mejor organizada, es creciente.

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