Monitores más versátiles y económicos

Tras unos meses de continua bajada de precios y algunos problemas de suministro, el mercado de monitores planos para ordenadores se ha estabilizado. Una pantalla de 17 pulgadas de gama media cuesta entre 300 y 350 euros y las de diseño y altas prestaciones rondan los 400 euros, mientras que las de 19 pulgadas salen por unos 100 euros más. Lo que han cambiando últimamente son las prestaciones: los modelos más recientes tienen una pantalla de excelentes características en cuanto a nitidez, contraste, rapidez y conexión tanto digital como analógica.

Se hace mucho énfasis en la velocidad de refresco de los puntos de la imagen, llegándose a los tres milisegundos o incluso a los dos milisegundos. Es un factor importante, pero no crítico. Mucha velocidad incluso compromete la estabilidad de los colores y reduce el ángulo de visión. En términos generales, si la pantalla se destina a juegos o películas, un valor aceptable es el de cuatro milisegundos y si se visualizan fotografías o aplicaciones de Office o Internet, son preferibles los seis milisegundos.

En resolución hay poco donde elegir, porque tanto los paneles de 17 como de 19 pulgadas son de 1.280 por 1.024 píxeles. Es en tamaños mayores -de 20, 21 o 24 pulgadas- donde la resolución es superior, aunque el precio se dispara. Sí hay que fijarse en la peana: idealmente, que sea regulable en altura y que el panel se pueda poner vertical si se quiere leer una página completa.

Samsung acaba de renovar completamente su gama de monitores de 17 y 19 pulgadas. Además de ofrecer un diseño atractivo y precio razonable, ha incorporado funciones automáticas interesantes, como control de la imagen según se juegue, se vea una película, se navegue por Internet o se escriba. Es recomendable el modelo 770P, o mejor aún el 970P de 19 pulgadas, por su elevado contraste y ángulo de visión, aunque el más básico 730BF cumple perfectamente su cometido por 329 euros.