Dennis Weaver, actor
Protagonizó la serie 'McCloud', muy popular en los años setenta
El popular actor Dennis Weaver murió el pasado día 24 en Ridway, Colorado, a causa de un cáncer, a los 81 años. Siempre permanecerá en la memoria de los espectadores televisivos gracias a su trabajo como alguacil en la serie Gunsmoke y como agente de policía neoyorquino a lomos de un caballo en la celebrada McCloud; pero también en el recuerdo de los buenos degustadores de cine, tras su participación en el que fue el primer largometraje de Steven Spielberg, El diablo sobre ruedas.
Weaver nació el 4 de junio de 1924 en Misuri y pronto se convirtió en un actor incansable; su debut cinematográfico tuvo lugar en 1952, con el primero de los westerns que llegaría a interpretar por decenas, y nada menos que a las órdenes del gran Budd Boetticher, en Horizontes del Oeste. Su condición de actor prolífico, casi estajanovista, se manifiesta en el hecho de interpretar más de 20 películas sólo entre 1952 y 1955, año en que disfrutaría de una de sus grandes oportunidades que, paradójicamente, llegaría de la mano del medio televisivo. Gunsmoke, conocida en España como La ley del revólver, en la que permanecería durante nueve temporadas, se convirtió en una serie casi de culto; y Weaver tuvo mucho que ver en ello gracias a su creación del despistado alguacil Chester Goode, siempre tardo en sus reacciones, eterno contrapunto del sheriff Dillon, encarnado por James Arness. Weaver, que nunca llegaría a ser considerado una estrella de primera magnitud, se reveló sin embargo como un actor de enérgicos recursos dramáticos, de elástica ductilidad y entrañable personalidad. Gunsmoke le reportó un Emmy en el año 1959, premio al que optaría más tarde hasta en tres ocasiones, en los años setenta, por su trabajo en McCloud. El currículo televisivo del actor se convierte casi en inabarcable: Kentucky Jones, Gentle Ben, El virginiano, Dragnet... innumerables producciones que gozaron de su presencia como protagonista o como estrella invitada.
Pero Dennis Weaver nunca abandonó el cine, pese a su popularidad en la pequeña pantalla. Incluso llegó a lucir porte dramático en películas notables como Los puentes de Tokio-Ri (1955), de Mark Robson, y Odio entre hermanos (1955), dirigida por el actor Cornel Wilde, hasta llegar a un esplendoroso encuentro con Orson Welles, que le ofreció un turbio personaje en su apoteósica Sed de mal en 1958: Weaver encarnaría al traicionero conserje de un motel en una intervención breve, pero de extraordinaria intensidad, un personaje atrabiliario que le permitió explotar su cara tragicómica.
Los años setenta supondrían un nuevo punto de inflexión en la carrera del actor: en 1970 nace McCloud, serie que conocería un extraordinario éxito popular en España, en la que Weaver se convierte en un sheriff rural que se enrola en la policía neoyorquina. Su imagen vaquera, a lomos de un caballo en las transitadas calles de Nueva York, se convirtió casi en un icono televisivo de la época.
Pero lo mejor llega en 1971, cuando un jovenzuelo Steven Spielberg lo contrata para protagonizar lo que en principio iba a ser un modesto telefilme, una adaptación de un relato de Richard Matheson titulada Duel. Los avispados responsables de la Universal deciden abultar un tanto el metraje y estrenar en cine lo que en España se conocería como El diablo sobre ruedas: un memorable producto terrorífico en el que Weaver, un apacible conductor, era perseguido hasta el paroxismo por un descomunal camión, esencia misma del mal.
Weaver nunca dejó de interpretar, aunque los años ochenta y noventa supusieran un notable descenso de su ritmo de trabajo. Su tiempo lo absorbió el Institute of Ecolonomist, un proyecto que él mismo fundó en el Estado de Misuri con el objetivo de proteger parajes ecológicos y trabajar en el ámbito de la economía sostenible. Queda como su último trabajo su participación en la serie Wildfire, en 2005.-
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