Los controles de los sospechosos austriacos han sido negativos
El COI, que sólo anuncia los casos positivos de dopaje, comunicó en contra de su costumbre que los controles de orina por sorpresa hechos a los 10 fondistas austriacos hace una semana, dieron negativos. No se encontraron rastros de anfetaminas ni anabolizantes, pero aún queda la incógnita de las posibles manipulaciones de sangre, que han empezado analizarse de las tomas hechas antes de los Juegos. El máximo organismo olímpico quiso así rebajar la tensión existente tras la redada policial la misma noche del sábado pasado, y que ha abierto un proceso judicial para varios meses en el que ya han declarado varios directivos y técnicos. El caso no está cerrado y el propio COI admitió que lo de ayer es sólo una parte de un asunto mucho más serio.
Falta por aclarar lo requisado por la policía y Austria aún debe responder ante la ley italiana antidopaje, y ante el COI, por una serie de errores y contradicciones que se han demostrado evidentes. Para empezar, quién fue el responsable de permitir que Walter Mayer, el ex técnico del equipo, y sancionado por el COI hasta después de los Juegos de Vancouver 2010, estuviera merodeando y hasta durmiendo alguna noche con sus chicos. Por qué se han ido o huido varios técnicos y esquiadores, y por qué fueron expulsados los biatletas Wolfgang Perner y Wolfgang Rottmann, que aunque no hayan dado positivo, de momento, sí han sido acusados de alguna manipulación sanguínea. En una bolsa que lanzaron desde su habitación antes de marcharse había rastros de estas prácticas por las que fue suspendido Mayer hace cuatro años y que también se han encontrado en su apartamento alquilado aquí.
Ayer, la delegación austriaca se mostró triunfante por los controles negativos e incluso retadora pidiendo al COI que se repitan dos pruebas en que faltaron o no rindieron sus "afectados esquiadores".
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