Lamela elude fijar plazos máximos para las pruebas diagnósticas

El consejero de Sanidad, Manuel Lamela, eludió ayer fijar un plazo máximo para las esperas que deben soportar los pacientes para que se les realice una prueba diagnóstica en la sanidad pública. Lamela anunció que en las próximas semanas presentará un plan para reducir la espera diagnóstica que no contemplará "medidas de choque ni coyunturales", aunque sí "tenderá a acercarse" a los plazos máximos fijados en el programa electoral del PSOE en el ámbito nacional, que son de siete días para una prueba diagnóstica y de diez para la primera consulta con el médico especialista.

Lamela hizo estas declaraciones durante una jornada organizada por Pricewaterhouse Coopers en la que expuso las estrategias de futuro de la sanidad madrileña. En ella, Lamela hizo una firme defensa de "la cooperación" entre la sanidad pública y la privada para dar "la mejor calidad asistencial a los pacientes" y unos tiempos de respuesta adecuados.

Igualmente, expresó su intención de dar continuidad al modelo del hospital de Valdemoro, el único de los ocho nuevos proyectados en esta legislatura cuya gestión es íntegramente privada. Lamela resumió su posición en "un sistema sanitario madrileño racional, único, compatible y relacionado con la sanidad privada", sector con el que plantea contar tanto en la "financiación, como en la construcción de nuevas infraestructuras y en la gestión de los servicios".

Lamela advirtió de que aunque se trate de la sanidad "no podemos desvincularnos de criterios empresariales para garantizar la eficiencia del sistema". Aun así, en 2006 la Comunidad no está más endeudada en sanidad de lo que lo estaba en 2002, dijo. Lamela subrayó que, a pesar de que esta legislatura es más corta de lo normal, el Gobierno regional va a cumplir en materia de sanidad "un 20% más" de los compromisos inicialmente asumidos. Estas afirmaciones recibieron duras críticas desde el PSOE. El diputado regional Eduardo Sánchez Gatell acusó a Lamela de "disfrazar" bajo el anuncio del plan de reducción de la espera diagnóstica su intención de abrir "la tarta de la salud" a la empresa privada.