_
_
_
_

El amor entre un flamenco y una valona sacude Bélgica

Diputados ambos, él es liberal y ella socialista

Para amores contra natura ninguno supera en Bélgica al que acaba de trascender entre un conocido diputado liberal flamenco, neerlan-dófono y filoseparatista del norte con una desconocida parlamentaria novata, socialista y valona (francófona) del sur. El flechazo no ha sorprendido al país por su carácter adúltero, ni por las discrepancias ideológicas entre liberales y socialistas, sino porque ha unido a un azote de los valones con, precisamente, una valona en el mismo momento en que las dos comunidades avanzan en una deriva divergente que hace a muchos pensar que la desaparición de Bélgica es sólo cuestión de tiempo. El enamoramiento de Hendrik Daems, de 46 años, y Sophie Pécriaux, de 38, va contra la marcha de la historia belga y contra la realidad de la calle: sólo hay un 1% de matrimonios entre flamencos y valones.

Es natural que el encuentro entre ambos se haya producido en la Cámara baja del Parlamento, una de las poquísimas instituciones en que flamencos y valones se sientan juntos. Desde su escaño o en sus actividades políticas Daems ha lanzado sus furibundos dardos contra los valones, acusados de vivir a expensas de las subvenciones arrancadas a las arcas del rico norte. Bélgica es un país artificial, nacido del reparto entre las potencias europeas tras la caída de Napoleón e independiente desde 1830. En un mismo cuerpo político quedaron encerrados flamencos y valones, unidos por el catolicismo, y separados por todo lo demás. "En Bélgica hay flamencos y valones. No hay belgas", se dijo por aquellos años. La polarización social, económica, política y lingüística es hoy una realidad, con flamencos y valones viviendo de espaldas.

"Él es un hombre, yo una mujer, él es belga, yo también. ¿No es normal?", se preguntaba retórica y defensivamente Pécriaux después de que el diario Le Soir descubriera el caso, como si ella no supiera que la respuesta es un rotundo: "No". Y de ahí, la conmoción. No es normal porque en Bélgica no lo es el matrimonio mixto y no es normal porque un político que ha agotado su retórica contra los socialistas valones engañó a su mujer, con la que tiene una hija de cinco años, para irse con una socialista valona. "Lo nuestro es una verdadera historia de amor y el hijo que esperamos de nuestra unión es un proyecto común", insistió Pécriaux en declaraciones a la prensa belga.

"No esperaba que se armara este follón", le secundó Daems, a propósito de la escandalera que ha montado la prensa. En la marejada política, la pareja busca momentos de alivio y dice haberlo encontrado en un correo electrónico, escrito en francés y holandés: "Enhorabuena. Tal y como están las cosas es la solución para nuestros problemas comunitarios".-

Hendrik Daems y Sophie Pécriaux.
Hendrik Daems y Sophie Pécriaux.AFP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_