"La externalización se impone porque es rentable"
Cuando Isabel Dutilh colgó el cartel de abogado en la puerta de su primera oficina hace 18 años era una joven licenciada que consiguió que quienes se aventuraban a entrar en su oficina siguieran confiando en ella. Hoy, a sus 42 años, es una de los cuatro socios del bufete Dutilh Abogados, que lleva la cartera legal de más de un centenar de empresas, desde compañías familiares, como Rótulos Ayllón, a multinacionales como Kimberly Clark o grandes empresas como Prosegur.
Pregunta. ¿Cómo una joven licenciada inexperta de 24 años, con un master en Derecho Marítimo Internacional, consigue que empresarios de todo tipo confíen en usted para encargarle sus operaciones más importantes?
Respuesta. Si miro atrás tampoco me explico cómo hicimos clientes estando en un octavo piso en la calle de Príncipe de Vergara de Madrid. Recién terminada la carrera pusimos un letrero en la puerta otro socio y yo y empezamos a asesorar a amigos y a todo el que se aventuraba a nuestro despacho. Teníamos ilusión, ganas y nos lo creíamos. Nos salió bien, nos especializamos en derecho mercantil y llegaron más clientes: por otros casos, o contrarios a los que les has ganado. Hoy somos 15 abogados y trabajamos como boutique de grandes operaciones de capital-riesgo, reestructuración de empresas, protocolos familiares... Tanto con empresas familiares como con grandes multinacionales. Casi se nos ha olvidado cuando reciclábamos sobres usados para tomar notas y ahorrar papel.
"Nunca me he sentido perjudicada por ser mujer. Gracias a la tecnología, cada vez es más fácil. Trabajas desde casa sin que nadie se dé cuenta"
P. ¿Cómo llegó Dutilh Abogados de las empresas familiares hasta las multinacionales?
R. Nos especializamos. Sacamos fuera servicios internos que no nos interesaban como objeto de la empresa y mejoramos los principales. Garantizamos buen asesoramiento mercantil y fortalecimos colaboraciones con otros despachos especializados en asuntos concretos para ofrecer los mejores expertos en la mayor cantidad posible de temas.
P. ¿En qué se diferencian de otros despachos de abogados mercantiles?
R. Somos medianos y ofrecemos asesoramiento cercano y a la vez especializado. Nos diferenciamos de los grandes en la familiaridad. Nos integramos con el cliente hasta ser casi otro departamento de la empresa conociendo a la gente y dándoles una atención ágil. Respecto a los pequeños, aportamos especialización y una red de buenos despachos dedicados a las materias que se nos escapan.
P. Prosegur ha pasado de tener su propio gabinete legal a contratarles para que gestionen su actividad jurídica ¿Qué aporta tener externalizados los servicios jurídicos?
R. Flexibilidad. Abarcamos más temas sin saturarnos. En las empresas con la asesoría dentro incorporada hay momentos valle, en los que sobrepagan capacidad no aprovechada, y picos, en los que no llegan a todo y contratan agentes externos. Un despacho mediano permite que dos o tres abogados lleven el día a día pero se vuelca todo el equipo en operaciones especiales. Por el mismo coste tienen un grupo más completo que cubre más temas y se adapta al momento. La externalización se impone porque es más rentable. Las empresas se centran en sus negocios y sacan áreas para que se encarguen especialistas. Así evitan contratos externos y ahorran costes a la larga, no en el gasto fijo, pero sí en los momentos de saturación y grandes operaciones.
P. Cuando planean una gran operación, por ejemplo una absorción, ¿cuál es el punto que más cuidan?
R. Los problemas que surgen están asociados al personal y a las nuevas estructuras. Es esencial la comunicación tanto externa como interna para evitar los miedos. Hay que planificar qué información das, cómo y en qué momento para que la gente no la rechace.
P. Su perfil: madre, joven y directiva, es poco frecuente en las empresas españolas. ¿Cómo consigue llegar a todo?
R. Nunca me he sentido perjudicada por ser mujer. Gracias a la tecnología, cada vez es más fácil. Trabajas desde casa sin que nadie se dé cuenta. Usas las mismas líneas de teléfono, el correo electrónico sin dar explicaciones de dónde estás. Aquí estamos cuatro abogadas con hijos, dos de ellas socias, y no hay ninguna diferencia en el rendimiento.
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