Un país sin riesgo
Los líderes del seguro de crédito a la exportación sitúan a España en la élite mundial para el comercio y la inversión
La pérdida de competitividad exterior de la economía española no se traduce, por el momento, en un deterioro de la siniestralidad de las empresas. Las dos compañías líderes del seguro de crédito a la exportación, la alemana Euler Hermes y el grupo francés Coface, sitúan a España en el selecto grupo de los 13 países del mundo con menor riesgo para la inversión y los intercambios comerciales, junto a Francia, Alemania, Reino Unido o Irlanda. Una élite que se caracteriza por tener una "situación política y económica muy estable que permite un comportamiento en los pagos de las empresas generalmente bueno y con una posibilidad de quiebras o insolvencias muy débil".
Coface detecta peligro de impagos o deslocalizaciones industriales y Euler Hermes registra un descenso del 18% en siniestralidad empresarial
El informe del grupo francés sobre el riesgo país de España sigue siendo positivo para 2006, en el que se anuncia que "el crecimiento debe permanecer vigoroso, impulsado por la demanda interna y una ligera recuperación de las exportaciones derivada de la recuperación europea". En opinión de Coface, la inversión seguirá sostenida por los bajos tipos de interés y no habrá problemas para alcanzar el equilibrio presupuestario "gracias a las nuevas cotizaciones procedentes de la regularización de trabajadores inmigrantes que compensarán el aumento del gasto público en educación, investigación e infraestructuras, necesarios para avanzar en la convergencia con la UE".
A pesar de esta favorable evaluación, el presidente mundial del Grupo Coface, François David, llama la atención sobre la alarmante "pérdida de competitividad de las exportaciones españolas", que atribuye tanto a la acumulación de un diferencial negativo de inflación como a las subidas salariales y a una oferta de productos que tienen aún un escaso valor añadido para hacer frente a la competencia de los mercados emergentes".
Un peligro real cuyos efectos perjudiciales pueden multiplicarse en caso de un "eventual giro en la tendencia alcista de los precios del mercado inmobiliario y de los bajos tipos de interés", factores que, en opinión de los analistas de Coface, acabarían "con el dinamismo del consumo de unos hogares fuertemente endeudados" y que, junto a la construcción, constituyen la base sobre la que se asienta el crecimiento español.
Riesgos futuros
Este deterioro de la competitividad exterior, junto con los bajos índices de productividad (España figura entre los peores países de la UE en esta materia), un "desarrollo insuficiente del sistema educativo, la formación profesional la investigación", además de la evolución alcista de los costes laborales unitarios y del diferencial de inflación con los principales competidores, son los factores que llevan a François David a asegurar que España se enfrenta a "un fuerte riesgo de deslocalización industrial, igual que Francia y Alemania", que afectará especialmente "a los sectores más expuestos a la competencia de Asia, Europa del Este y el norte de África, como el textil, la electrónica de consumo y la industria auxiliar del automóvil".
Sin minimizar los riesgos de estas amenazas reales, el análisis del Grupo Coface anuncia un "notable descenso" en el número de quiebras e insolvencias para 2006, año en el que los incidentes por impagos comerciales en España "se mantendrán en un nivel ligeramente inferior a la media mundial". Sólo los sectores amenazados por la competencia de los mercados emergentes de Asia, Europa del Este y el norte África, como el textil, la electrónica de consumo y el automóvil, aparecen como la excepción a la norma general y muestran síntomas de siniestrabilidad. Significativo es el riesgo en el sector de automoción, que aporta el 20,4% del total de las ventas españolas en el exterior, que, en opinión de Coface, "podría verse perjudicado por los altos precios de los carburantes y del acero que afectarían negativamente a las ventas de vehículos y a la rentabilidad de las empresas", especialmente a las pymes de la industria auxiliar que gravitan alrededor de los grandes constructores.
El análisis de la aseguradora francesa coincide con el de su competidor Euler Hermes, filial del grupo Allianz, que en su informe sobre las Perspectivas de insolvencias internacionales asegura que en España, "y en contra de todas las previsiones después de la entrada en vigor de la Ley Concursal", se registra un descenso del 18% de las insolvencias que atribuye, en gran medida, al bajo nivel de utilización de esta ley.
"Con un crecimiento económico que se mantiene por encima del 3%, las insolvencias en España muestran una clara tendencia a la baja", destaca el informe del grupo alemán, que resalta cómo la tendencia en datos globales sobre 12 meses, desde septiembre de 2004, fecha de la entrada en vigor de la Ley Concursal, es inferior a 800 casos de insolvencias, "cifra muy poco significativa" que invita a pensar que "el recurso a este proceso no ha sido asumido por las empresas o que no se utiliza más que por empresas de un cierto tamaño". Los datos de este informe reflejan que cuatro comunidades autónomas totalizan el 60% de las insolvencias: Cataluña, Madrid, Valencia y País Vasco.
Los más atractivos
La buena calificación del riesgo país de España es también uno de los factores que permiten a nuestro país mantenerse en el "club de los 20 más atractivos para los inversores extranjeros". El último Índice de confianza de la inversión extranjera directa, que realiza la consultora A. T. Kearney, afirma que España es hoy el decimoséptimo país más atractivo para los inversores extranjeros.
Los responsables del Índice no ocultan que la ampliación de la Unión Europea ha generado la aparición de nuevos mercados mucho más competitivos para los inversores extranjeros. "Los salarios en España son tres veces más altos que los de Polonia, República Checa o Hungría, y nuestros ratios de productividad no consiguen compensarlos", señalan para explicar el porqué España ha perdido cuatro puestos en este ranking.
Sin embargo, España ha ganado atractivo para las empresas mayoristas y de distribución y de telecomunicaciones, hasta situarse como el décimo país más valorado por estos sectores. En este último, el estudio de A. T. Kearney apunta que "los movimientos realizados por Vodafone y France Télécom han removido el mercado de las telecomunicaciones españolas, creando una mayor competencia a Telefónica y situando a España como foco de atracción para futuras inversiones tecnológicas".
Con la atención puesta en el 'peligro amarillo'
Al margen del caso español, los informes de los dos líderes del seguro de crédito a la exportación coinciden en destacar el riesgo creciente del comercio con China, un país de grandes oportunidades pero en el que la economía "va a tener que afrontar en breve el problema del crecimiento de las pensiones, se enfrenta a las tensiones derivadas de su vecindad con las repúblicas islámicas de la antigua Unión Soviética, un sistema bancario frágil, a la ausencia de seguros sobre quiebras, a un sistema jurídico incierto y sus empresas empiezan a sentir la competencia externa" derivada de su ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Esto no significa que el gigante asiático haya dejado de ser un mercado interesante. Como resume el presidente mundial de Coface, François David, "hay que ir a China, sí. Pero hay que ir con cuidado". Los informes del grupo francés apuntan que los impagos comerciales en este país han crecido un 30% en 2005 y algunos exportadores ya están cobrando con un año de retraso. Euler Hermes anuncia que unas 2.000 empresas chinas están a punto de entrar en insolvencia.
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