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Entrevista:ENRIQUE OJEDA | Director de la Fundación Tres Culturas

"Tenemos que aprovechar el pasado"

Enrique Ojeda (Sevilla, 1968) es el director de la Fundación Tres Culturas desde 2004. Licenciado en Derecho y diplomático, ha desarrollado una intensa actividad al servicio del Estado. Trabajó entre 1994 y 1996 en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Fue cónsul español en Bolivia entre 1996 y 1999 y en Guatemala otros dos años. Entre agosto de 2001 y septiembre de 2004, fue cónsul de Cultura en Nueva York. La Fundación Tres Culturas, con sede en Sevilla, promueve la lucha contra la exclusión y la intolerancia. Fundada por la Junta y el Reino de Marruecos, esta institución busca romper barreras y malentendidos entre musulmanes, judíos y cristianos, entre las dos orillas del Mediterráneo y, en resumen, entre Oriente y Occidente.

"Si las viñetas se han hecho para insultar, que se cargue sobre ellas el peso de la ley"

Pregunta. ¿Cuál es el balance del trabajo de la Fundación Tres Culturas en sus siete años de existencia?

Respuesta. Es un balance tremendamente positivo. Los primeros años estuvieron dedicados a crear la estructura necesaria para que pudiera funcionar una institución fundada por el Gobierno de Andalucía y el Gobierno de Marruecos. Impulsamos también un proyecto visible y de prestigio: el taller West Eastern Divan, del músico israelí Daniel Barenboim y el ensayista palestino Edward W. Said, que se creó aquí y que, hasta el verano de 2004, se llevó desde la Fundación Tres Culturas. Ahora vivimos una fase de consolidación local, nacional e internacional. La fundación es una institución reconocida y prestigiosa en todo lo que significa diálogo y encuentro mediterráneo. Quizás en los primeros años la actuación fue, sobre todo, internacional.

P. La fundación tiene como objetivo acabar con la ignorancia mutua entre judíos, cristianos y musulmanes. ¿Cree que ha conseguido algo?

R. Creo que sí. Quizás éste no sea un momento ilustrativo para hacer esta afirmación con los acontecimientos de los últimos días, especialmente el tema de las viñetas de Mahoma. Veo dos elementos: el hecho en sí de las viñetas y el tema de fondo. Esa distancia entre Oriente y Occidente se basa en un desconocimiento mutuo del otro, en malentendidos, estereotipos... Hay que seguir profundizando en la labor de acercamiento entre las riberas norte y sur del Mediterráneo. Viví el 11-S en Nueva York. La alternativa a nuestra labor es dejar el campo libre a los que quieren que se produzca el choque de civilizaciones, a los extremistas que hay en los dos lados... Si se impusiera esta alternativa, todo esto nos llevaría a la violencia ciega del terrorismo. Abordamos los ejes de Andalucía-Marruecos y Palestina-Israel, las migraciones, la situación de la mujer... Personas que no se sentarían en la misma mesa en Jerusalén, Ramala o Rabat lo hacen aquí, en Sevilla. Y esto es un plus para Andalucía que debemos saber utilizar.

P. La reiteración de los llamamientos a la tolerancia y al diálogo hacen que estas palabras parezcan huecas y vacías.

R. A veces, estas llamadas se quedan en buenas palabras. Por eso hay que ir a los hechos concretos, a iniciativas como la Alianza de Civilizaciones. Queremos que esa iniciativa descienda a los habitantes de Sevilla, Sanlúcar, Rabat o Argel. Tenemos mecanismos en la era de la globalización, Internet y la sociedad de masas que debemos utilizar para romper estereotipos, como el del musulmán fanático dispuesto a hacer daño a Europa o el del occidental arrogante que desprecia la cultura musulmana y sólo se preocupa de invadir países. Tenemos que saber llegar al ciudadano a través de los medios de comunicación, conciertos, libros, trabajo en las escuelas... Si no hacemos esto, nos quedaremos en una mera retórica.

P. ¿Qué supone para la fundación el pasado de Al-Ándalus, con judíos, musulmanes y cristianos?

R. Supone muchísimo. La Fundación Tres Culturas no se crea para recuperar pasados más o menos idealizados. Trabaja con cuestiones del presente y para conseguir un futuro de encuentro y diálogo. El pasado está ahí. Y tenemos que aprovecharlo. No hay que idealizarlo. Fueron ocho siglos en los que, a veces, hubo conflictos entre cristianos y musulmanes. Pero también hubo otras etapas largas y fructíferas a nivel cultural que, incluso, en algunas ocasiones no han sido superadas. Esto otorga a Andalucía una ventaja comparativa que no tiene otra región en Europa y el Mediterráneo. La gente viene contenta a Andalucía porque se siente vinculada a esa idea de encuentro y diálogo. Palestinos e isralíes se encuentran aquí en su casa. Andalucía crea una predisposición para el diálogo que no se encuentra en otro sitio.

P. Volviendo al tema de las viñetas de Mahoma. ¿Tiene algo más que comentar?

R. En primer lugar, desde la Fundación Tres Culturas expreso mi rechazo a la violencia, al inadmisible asalto a embajadas, a las amenazas a cooperantes daneses y noruegos. Expreso mi absoluto rechazo a esa violencia desproporcionada. También quiero señalar que si las viñetas se han hecho para insultar y vejar, que se cargue sobre ellas el peso de la ley. La libertad de expresión es un valor universal, pero es un valor universal que no es absoluto. Hace 30 años en la televisión española aparecían chistes sobre homosexuales que hoy no se admiten. Hay que ser conscientes de que en España tenemos un 2% de musulmanes que antes no estaban en este país.

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