Francia investiga si la policía torturó en 1995 a islamistas radicales
Algunos de los detenidos, sospechosos de estar involucrados en los atentados de 1995 en el metro de París que causaron cinco muertos, fueron torturados por la policía. Según el libro de los periodistas Olivia Recasens, Jean-Michel Decugis y Christophe Labbé, titulado Place Beauveau -la plaza parisiense donde se encuentra el Ministerio del Interior-, los agentes de la brigada antiterrorista colgaron en el vacío, desde una ventana, a uno de los detenidos y a otros les sometieron a descargas eléctricas en comisarías de Lyón y París. Los autores se basan en el testimonio de cinco antiguos agentes de la policía judicial, dos de los cuales aseguran haber participado directamente en los hechos.
El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anunció que ha ordenado la apertura de una investigación a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) y aseguró que hará públicos "todos los elementos" de la misma. La IGPN -la policía de las policías- ha interrogado ya a 18 agentes. "O los hechos se comprueban, y entonces habrá sanciones, o se trata de una calumnia y en ese caso me reservo el derecho de presentar una denuncia para proteger el honor de la gente que hace su trabajo y permite salvar vidas", añadió.
Enemigos políticos
Sarkozy, además, ha aprovechado la ocasión para poner en un grave aprieto a uno de sus enemigos políticos más acérrimos en el campo de la derecha, el actual presidente de la Asamblea Nacional, Jean-Louis Debré, uno de los hombres más fieles del presidente Jacques Chirac, que ocupaba la cartera de Interior cuando ocurrieron los hechos en 1995. "Que los responsables políticos de la época digan ahora lo que piensan y defiendan a los funcionarios de policía", dijo. "Son hechos que han pasado mucho antes de que yo fuera ministro", añadió, "yo estoy obligado a asumir la defensa de una institución que dirijo ahora, cuando estamos en una lucha difícil contra los terroristas". Debré, que en más de una ocasión ha descalificado las pretensiones de Sarkozy de convertirse en el candidato de la derecha en las próximas elecciones presidenciales, mantiene el más absoluto silencio.
El ministro del Interior también salió en defensa del cuerpo policial. "Me sorprende que hechos tan graves no se hubieran denunciado, teniendo en cuenta el número de personas que participaron en los interrogatorios", dijo, y recordó que las acusaciones de tortura que figuran en Place Beauveau salen a la luz 11 años después de que supuestamente se hubieran producido.
Los testimonios citados en el libro, recordó Sarkozy, "son anónimos y, francamente, hay que tener cuidado con el honor de las personas sobre la base del anonimato". Sin embargo, durante el juicio, los detenidos alegaron que habían sido objeto de malos tratos y su abogado pidió un informe pericial. El juez nunca abrió una investigación.
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