"Queremos un partido duro, físico, pegajoso"

Las anchas espaldas de Rubén Baraja (Valladolid, 1975) han superado todo tipo de avatares en el Valencia, desde los éxitos con Rafa Benítez hasta el fracaso con Claudio Ranieri. Ahora renace.

Pregunta. ¿Es suicida jugarle de tú a tú al Barça?

Respuesta. Nuestras armas son la inteligencia y la intensidad.

P. ¿Intensidad?

R. Hacer un partido duro, físico, pegajoso. Y para eso hay que salir desde el minuto 1. Tenemos que recuperar la pelota lo más arriba posible y castigar por las bandas, que es por donde generamos mejor fútbol. De no hacerlo, replegarnos y salir a la contra.

P. ¿Eto'o es el mejor delantero del mundo?

R. Sí, no sólo por las oportunidades que se crea, sino por cómo define. El equipo confía mucho en él y le surte de muchos balones.

"Quique nos ha vuelto a imprimir ese carácter. Es mucho más afable y conversador que Benítez, que era más duro, no tan condescendiente con el jugador"

"En el fútbol debes llevar una coraza. Es muy fácil que te hieran, la gente tiene mucho acceso a ti. Desde un periodista hasta una persona por la calle"

P. Villa tiene mejor porcentaje de acierto a gol.

R. Son los dos más en forma. Villa ha venido con mucha humildad y está haciendo bueno el trabajo del equipo. Y, aunque no generemos tantas ocasiones, él las convierte. Para eso lo ficharon.

P. ¿Xavi es su rival para el medio centro avanzado de España?

R. Sí. En los últimos cuatro años, en el último Mundial y la Eurocopa, he sido titular. Por culpa del año pasado tan malo que tuvimos en el Valencia, pierdo el sitio, también porque Xavi estaba en un estado excepcional.

P. ¿Se ve de medio centro defensivo, como Pirlo en el Milan?

R. No tengo tanto recorrido o fuerza física como Albelda. Afortunadamente, mi forma de jugar tiene encaje en cualquier equipo. Con el doble pivote, se ha perdido la esencia de la media punta. El fútbol moderno ha favorecido que encuentre mi espacio natural.

P. ¿Ha perdido llegada y va reculando en su posición?

R. No, nosotros hemos tenido una etapa muy mala en la que el equipo estaba descompensado. Y hasta se ha recuperado la solidez, no ha sido fácil soltarse. Volveré a tener esa llegada. Para eso tienes que tener una cercanía al área, no 80 metros. Nuestra ilusión es sacar la defensa y presionar más arriba.

P. El físico no ha sido su fuerte. ¿Se funde en las segundas partes?

R. No. No recuerdo qué partido haya podido tener un bajón. Los datos demuestran que soy de los dos o tres que más corre en cada partido: casi 13 kilómetros.

P. ¿Cómo verbalizaría su gran presencia en el centro del campo?

R. Tengo un carácter competitivo que siempre intenta dar el máximo y ayudar. La presencia es mostrarse continuamente: tanto física como técnicamente. Tener la personalidad de coger la pelota es una de mis virtudes.

P. ¿Ha visto vídeos de Claramunt?

R. No, pero sí me han dicho que puedo tener similitudes con él.

P. Tenía eso llamado clase.

R. Sí, la mentalidad ganadora, la participación, la importancia en las incidencias de un partido.

P. Ha dicho que la posición de media punta está en retroceso.

R. En desuso. Casi nadie juega en rombo. Los grandes equipos juegan con tres puntas, dos alas abiertas y un 9. El Milan y el Chelsea. Nosotros somos uno de los pocos con ese 4-4-1-1 o 4-4-2.

P. ¿Entiende que se cuestione a Aimar?

R. Está sometido a una presión al límite tanto para lo bueno como para lo malo. Sabe llevarla. Es una media punta que quizá no tenga tanto gol como otros, pero sí genera mucho juego y nos viene muy bien para este tipo de equipo.

P. ¿Por qué les hizo tanto daño Ranieri?

R. Vino con una forma de trabajar muy distinta de la que teníamos con Benítez. Perdimos el rigor táctico y el trabajo físico.

P. ¿Les exprimió Benítez?

R. Jugadores que están bien entrenados duran más. Carboni, Djukic o Angloma. Es bueno.

P. ¿Y por qué llegaron a tener una relación tan tensa con él?

R. Con el tiempo, me he dado cuenta de que él era muy exigente y dinámico. No le valía un partido ni un entrenamiento. Quería una exigencia día a día, minuto a minuto, y eso es duro. No todo el mundo es capaz de soportar esa presión. Lo positivo es esa inyección de mentalidad ganadora y de sacrificio que te imprimía, sobre todo porque él era el que más trabajaba. Antes eso, debes rendirte.

P. ¿Y Quique Flores?

R. Nosotros, si no vivimos el partido con máxima intensidad, si no somos fuertes en acciones a balón parado, no somos un equipo a tener en cuenta. Quique ha vuelto a imprimir ese carácter. Es mucho más afable y conversador que Benítez, que era más duro, no tan condescendiente con el jugador. Pero van en la misma línea.

P. ¿Futbolísticamente?

R. Como Benítez, Quique es un gran estudioso para quien no puede haber un error entre las líneas. Pero a él le gusta trabajar el ataque, salir de situaciones ofensivas. El futuro es esperanzador.

P. ¿Benítez fue quien más rendimiento le sacó?

R. Sí, ha sido el entrenador más importante de mi carrera. Sabía cómo tratarme para dar el máximo. Luego hay cosas en las que no estaba de acuerdo porque yo también tengo mucho carácter. Ha habido roces como en cualquier relación.

P. Desde que salió de Valladolid, ¿cómo ha cambiado?

R. Con los años te vas volviendo más tímido y hablas menos. He madurado en lo táctico y en vivir los partidos. Cada día soy más sincero, lo cual es peor para mi profesión. La verdad no vende.

P. ¿Qué echa de menos de su etapa en Valladolid?

R. Me da pena que en Valladolid no tuviera ese cariño que luego encontré en el Atlético y en el Valencia. Aquí veo a Albiol o Navarro y están arropados. Es bueno que haya valencianos jóvenes que transmitan el espíritu de lucha.

P. ¿Domina ya al Valencia y a su entorno?

R. Sí, ahora no sería capaz de verme en España con otra camiseta. Tendría que irme al extranjero. Por el arraigo que he cogido.

P. ¿Le gusta la fama?

R. No, no me llena que la gente me salude y me reconozca. Soy respetuoso, pero no me gusta. Es una cosa que no soy capaz de superar.

P. ¿Por eso parece arisco?

R. No, soy reservado, pero no creo que por eso se me tenga que juzgar o etiquetar. En la intimidad, soy desinhibido. Pero en el fútbol debes llevar una coraza.

P. ¿Por qué?

R. Porque es muy fácil que te hieran, la gente tiene mucho acceso a ti. Desde un periodista con una crítica personal, hasta una persona que te ofenda por la calle.