Un fallo técnico deja en tierra unas 2.000 maletas de la nueva terminal de Barajas
Iberia reconoce que el fallo en la facturación de equipajes duró 40 minutos
La nueva terminal del aeropuerto de Barajas, la T-4, no termina de arrancar. Si el día de su inauguración cientos de vuelos salieron con retraso, ahora le ha tocado el turno a las maletas. A causa de un problema en el servicio automatizado que despacha los equipajes desde los mostradores de facturación hacia los aviones, cerca de 2.000 bultos quedaron en tierra el pasado miércoles. Iberia, que anuncia que ya ha reenviado la mayor parte de las maletas a sus propietarios, no fue capaz de precisar ayer la cantidad de usuarios afectados. El equipo olímpico de invierno y el club de fútbol Leganés se cuentan entre ellos.
"El servicio automático de traslado de equipaje estuvo interrumpido durante 40 minutos". Esa frase, como toda justificación, es la elegida por Iberia para explicar el problema informático que dejó en tierra las pertenencias de miles de viajeros. La única precisión que brinda la empresa es el tiempo que duró el fallo. Nada precisa acerca de la cantidad de bultos procesados el miércoles, ni sobre los pasajeros afectados.
"En la tarde de hoy [por ayer] estamos tratando de mandar las maletas que hayan quedado sin regularizar", explicó una portavoz de la compañía. La mecánica es simple: todo equipaje que queda en tierra es reubicado en otro vuelo con idéntico destino al original. Así, los pasajeros se suben a un avión. Y sus maletas a otro. Una vez en tierra, la espera para dar con el equipaje puede durar hasta tres horas. Todo depende del destino, y de la frecuencia con la que aterricen allí los vuelos procedentes de Madrid.
Si en Iberia brindan escasa información acerca del problema, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) opta por el silencio. "Si Iberia acepta el incidente en el servidor automático de equipaje, nosotros no tenemos nada más que decir", subrayan los responsables de los aeropuertos nacionales.
Un año de retraso
Mientras tanto, Esperanza Aguirre criticó que la inauguración de la nueva terminal se haya producido con un año de retraso. "Ese tiempo se podría haber utilizado para prevenir posibles fallos". Además, Aguirre se desmarcó de los problemas de señalización, del retraso en los vuelos, del no funcionamiento de algunos paneles informativos y del extravío de maletas.
La presidenta Aguirre acusó a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, de "echarle la culpa" al Gobierno regional por estos fallos. Álvarez, por su parte, destacó que "prácticamente todos los temas de la T-4 están funcionando con normalidad, y la puntualidad, incluso, es mejor", informa Europa Press. Sobre la avería en el servidor de equipajes, la ministra aseguró que "a la corta hay que aprender a manejarlo", y se mostró confiada en que "a la larga dará mayor comodidad a todos los usuarios".
¿A cuántas personas afectó la salida de funcionamiento del servidor? No se sabe con exactitud. Pero un simple cálculo permite cifrar en 2.000 las maletas extraviadas. Ese número se deduce a partir de las 31.000 unidades diarias que la T-4 factura en un día como el miércoles.
Entre los perjudicados hay pasajeros de varias compañías. De hecho, unos 20 pasajeros de un vuelo con destino Tel Aviv de la compañía israelí El Al también se vieron perjudicados por el mal funcionamiento de la terminal.
Quienes también sufrieron las deficiencias de la T-4 fueron los integrantes del equipo olímpico español. Debían embarcarse rumbo a Turín (Italia), donde se celebrarán a partir del viernes los Juegos de Invierno. Pero los pequeños aviones de Iberia-Air Nostrum que cubren el trayecto no dieron abasto. Y parte de los esquíes, tablas de snowboard y maletas se quedaron en tierra.
"Están buscando las maletas en Madrid. He hablado con el responsable de AENA. Éste me manda a una persona de Iberia. Hablo con el responsable de Iberia, y me dicen que tienen a varias personas intentando localizar las maletas, pero creo que no las tienen. Y ahora tendré que llamar a otra persona de Iberia", relató a la agencia Efe Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español. Desde Turín, Blanco no dudó en calificar el hecho como "tristísimo" a pocas horas del comienzo de los Juegos.
Una consecuencia singular del fallo se vivió en Las Palmas de Gran Canaria. Hacia allí debía desplazarse la plantilla del Leganés para jugar contra el Universidad en un encuentro de Copa. Nada más pisar tierra isleña, los responsables del equipo madrileño descubrieron que algo no andaba bien. Habían despachado en la T-4 botas de fútbol, balones, indumentaria, chándales y decenas de bolsos grandes. Por obra y gracia del sistema automatizado, sólo viajaron las botas. Del resto, nada.
"Es increíble. Tuvimos que esperar para tomar el tren subterráneo [que une la T-4 con el edificio satélite]. Después, cambiaron la puerta de embarque. Total, que viajamos con un retraso de tres horas y, encima, nos perdieron las maletas", se quejó Luis Ángel Duque, entrenador madrileño. Al final, el partido se disputó gracias a que el equipo local cedió su segunda equipación al Leganés. Y los dos conjuntos defendieron el mismo escudo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.