Melodías de cristal

El auge del timple, el diminuto guitarrillo autóctono canario, es una realidad imparable. Benito Cabrera lo acredita con un estilo ecléctico y nada amigo de la exhibición vana. Conoce el folclor del archipiélago y no duda en buscar inspiración y alimento en isas, folías o aires de Lima, pero también se le ve disfrutar mucho cuando se salta el guión y coquetea con el jazz o el lírico romanticismo de la preciosa Nana para Leonor. Las melodías de cristal -límpidas, frescas, tintineantes- que emanan de esas cinco cuerdecitas son muy propicias para espíritus versátiles. Era el arranque del Folk Invierno, festival en expansión, y Cabrera aprovechó para presentar en la península los encantos de su nuevo álbum, Puente del sur. Al grupo aún le hacen falta más kilómetros de rodaje conjunto, pero todo es cuestión de seguir haciendo camino.